Sino que hemos renunciado a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino que, mediante la manifestación de la verdad, nos recomendamos a la conciencia de todo hombre en la presencia de Dios.

Corintios 4:2

Revive el Momento de la Creación


En mi escuela, hace muchos años ya, había dos hermanos con los cual entablé amistad y a los cuales llegué a conocer muy bien. Si bien ellos eran gemelos, los dos eran bastante distintos el uno del otro. Uno era solidario y bueno, empatizaba con cuanta cosa se le cruzara frente a sus narices y era sumamente desinteresado. El otro, por otro lado, era bueno también, pero al mismo tiempo era especulador y observador, y no hacía nada a menos que él tuviera un rédito que le conviniera.

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Acerca de esto medité hoy por la mañana cuando leía un artículo acerca de la importancia de vivir en la integridad como hijos de Cristo. Muchas veces creemos que una pequeña acción egoísta no nos hará daño, así como no nos hará daño comer un dulce cuando nos hemos puesto a dieta; y hay algo de cierto en aquel concepto, pero no deja de ser erróneo. Justamente debemos ser fuertes y cuidarnos de no caer en la tentación en los pequeños detalles, que sin duda serán los que nos lleven a cometer errores cada vez más grandes.


Es por eso que en todo momento debemos actuar a conciencia plena de lo que hacemos, recordemos que en Su palabra encontraremos ejemplos y enseñanzas de todo tipo,y preguntarnos qué haría Dios en nuestra situación. De esa manera es imposible equivocarse.