Cuando se acercan tempestades a nuestras vidas es necesario que tengamos la tranquilidad y la calma que solo Dios puede ofrecernos para enfrentarlas.
Para esto es fundamental la Confianza, la Fe y la disciplina. Es en los momentos difíciles cuando nos vemos desbordados y corremos más riesgos de apartarnos del camino que nuestro Padre ha trazado para nosotros.
Busquemos la Sabiduría de la cual El Señor puede dotarnos a través de la oración. Esto traerá paz y equilibrio para analizar mejor nuestras probabilidades ante determinada problemática.
El compromiso con El Altísimo debe ser total. Confiemos en su palabra de infinito Amor. Busquemos su consejo estudiando las Escrituras y reposemos nuestros corazones en el poder de la oración.
Demos por seguro que Dios no nos abandona ni un instante. Dejemos que obre acorde a los tiempos que Él dictamine necesario para que nuestros problemas se solucionen. Intentemos poner toda nuestra energía en entregarnos a la maravillosa obra de Dios para no caer en ansiedades, depresiones y frustraciones.
Él nos fortalecerá para sobrellevar nuestras cargas. Tengamos la Sabiduría necesaria para distinguir cuando es nuestro momento de acción y cuando el de nuestro Señor.