“Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.”

Isaías 41:10

Direccionar nuestra energía


Muchas veces no sabemos cómo darle forma un proyecto o cómo avanzar en la consecución de un objetivo simplemente porque pensamos que no tenemos las fuerzas para hacerlo. Obstaculizamos lo que puede venir y no dedicamos el suficiente tiempo para lograr nuestras metas por miedo a lo vendrá después. El auto boicot de nuestros anhelos puede volverse una práctica peligrosa si no la detectamos a tiempo. Quizás queremos algo con mucho ímpetu pero de alguna manera nos las arreglamos para arruinarlo cuando en verdad es algo que tiene que suceder. Existen varios factores por los cuales puede pasar esto, pero generalmente están ligados al temor al futuro, a lo que ese cambio pueda traer a nuestras vidas.

Publicidad

Podemos sentirnos drenados de energía si no la distribuimos correctamente: tiene que haber tiempo para nuestras aspiraciones pero también para nuestra familia y amigos, para formarnos e indiscutiblemente, para trabajar sobre nuestra propia fe. Conversar con Nuestro Padre Celestial sobre aquello que nos sucede nos dará una buena perspectiva sobre el asunto real. En reflexión profunda con Nuestro Señor, podremos detectar cuáles son nuestras debilidades y encomendarnos a trabajar en ellas. Si no nos tomamos un momento para evaluarlo, probablemente cometeremos siempre los mismos errores.