“La violencia de los impíos los arrastrará, porque se niegan a obrar con justicia.”

Proverbios 21:7

La violencia que nos atormenta


Existe un componente de violencia tal en nuestras sociedades actuales que se ha vuelto bastante difícil el convivir diario. Personas insultándose en los medios de transporte por que no hay espacio suficiente para todos, conductores desesperados por llegar a algún lado (omitiendo señales y cruces peatonales), gente que siempre quiere priorizar sus propias necesidades por sobre las del otro. Lógicamente, nos hemos venido más egoístas y seres individualizados, ya no pensamos en nuestra comunión con los demás y muchas veces nos cerramos a nuestras propias problemáticas.

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El pensamiento es simplista: “tengo que descargar mi frustración” y el otro suele ser el escenario perfecto para explayarnos. Nos enojamos, gritamos e insultamos, pero ¿qué es lo que realmente nos está perjudicando?. Basta tomarse unos minutos de reflexión para tranquilizarnos y evaluar las situaciones de otro modo. En conversación con Nuestro Padre Celestial encontraremos la calma necesaria antes de ser agresivos con otro que quizás no tiene responsabilidad sobre lo que nos acontece. Debemos siempre ante un momento de enojo poder deternos a explorar aquello que sentimos, qué lo genera, cómo podemos estar mejor con nosotros mismos y con nuestros hermanos. Siguiendo la palabra de Dios, buscando en Él consuelo cuando estemos irritados ante un problema, eso nos dará la paz necesaria.