Dios es nuestro Padre, el Creador, quien nos cuida y protege, quien inspira nuestras acciones de Fe. Y es esta Fe la que alumbra nuestros corazones y nos guía por el camino del bien, hacia aquellas acciones que persigan la paz de nuestros pueblos. Iniciar nuestro día con una oración nos ayudará a transitar nuestra cotidianidad con amor y paz en el corazón. Rezar a Dios nos conecta con Él y con nosotros mismos, nos hace buenas personas y nos conecta con el Bien de nuestros corazones. Recuerda cada día cuando amanezcas decir esa oración que te acerque a Él. Así verás que cada cosa que realices la harás con alegría. Y esa alegría se contagiará a tu alrededor, volviendo en formas de mil sonrisas y mucho afecto.
Sostén la Fe en alto, es lo único que nuestro Padre espera de nosotros, que creamos en Él, que recemos por Él. Contagia a tu familia con esta Fe, a tus vecinos, tus compañeros de trabajo, demuestrales lo feliz que puedes ser caminando por el sendero del Señor.
Fortalece tu amor, cree en el plan que Dios ha creado para nosotros y ten confianza de que tu Fe te llevará a vivir una vida de luz y comprensión. El Señor te recompensará.