Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una Fe que logra trasladar montañas, pero me falta el Amor, no soy nada.

1 Corintios 13:2

Cerca del Señor


Muchas personas, luego de vivir algunos años, obtienen éxitos variados en diferentes aspectos. Puede ser profesionales, haberse esforzado, tener un excelente empleo, y ser muy reconocidos en su labor. Pueden también haber ahorrado e invertido, y lograr importantes éxitos económicos, pudiendo poseer bienes, que no habían imaginado antes. También puede que hayan logrado formar una hermosa familia, tener hijos, una pareja que está a gusto con ellos, y una vida sin apuros.

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Pero tarde o temprano, al alejarse del Amor, experimentan una profunda sensación de vacío, o sinsentido en sus vidas. Un profundo malestar que hace que no tengan interés de levantarse por la mañana, que no puedan generar nuevos proyectos y que el entusiasmo parezca algo lejano, que hace mucho que no sienten.


No importa los logros que alcances, no importa tu crecimiento intelectual ni económico, no importa la meta que creas que hayas alcanzado, nada de eso vale si el Amor no está presente en tu vida. Dios nos dice claramente que ni el conocimiento ni la fe pueden reemplazar al Amor en todos sus aspectos. El Amor a Dios y a tus hermanos es lo que te guiará para que no pierdas el rumbo.


La Fe sin Amor es un don estéril. El Amor da sentido a tu existencia, es la lluvia en los campos y el sol de cada mañana. Dios solo te pide que abras tu corazón al Amor divino, y el milagro sucederá.