Todos bien conocemos la importancia que tiene ayudar al prójimo como Dios lo indica. Incluso también sabemos acerca de lo importante es para Dios que nosotros, como dignos hijos suyos, cumplamos su enseñanza suprema de amar al prójimo como a nosotros mismos.
Dicha enseñanza tiene un gran porcentaje de amor representada en el concepto de ayudar a los demás, pero ¿qué es lo que nosotros brindamos al prójimo cuando le ayudamos? La respuesta la encontraremos en nuestro interior, porque aquello de lo que contagiamos a los demás no es otra cosa que un espejo que nos muestra lo que nosotros llevamos dentro.
Entonces, a la hora de brindar nuestra ayuda debemos ser cautelosos y conscientes acerca de lo que nosotros poseemos interiormente: Si dentro nuestro encontramos gran cantidad de sentimientos negativos, pues eso es lo que estaremos brindando a nuestros hermanos.
Es por eso que primeramente debemos encontrarnos en paz con nosotros mismos y en sintonía con el Santísimo para que, de esa manera, nuestra ayuda sea completamente efectiva. Recordemos entonces que una buena manera de lograrlo es mediante la oración, nuestro canal de comunicación exclusivo con Cristo.