Un sacerdote es una persona que intercede ante Dios por otros y que habla a los demás de parte de Dios. El sacerdote es un nexo entre Dios y los hombres. El sacerdocio espiritual de los creyentes es parte fundamental.
Todas las personas que formamos parte de la fe en Jesús somos llamadas a servir a Dios. El Señor llama a todo creyente a compartir su fe y a bendecir la vida de los que nos rodean, es decir, a ser un sacerdote para Él. Por lo tanto, nosotros tenemos el privilegio de portar la misión de nuestro Señor Jesucristo, aunque también la responsabilidad de soportar sus sufrimientos.
Lastimosamente, y al igual que el pueblo de Israel, gran parte sólo anhela las cosas lindas del servicio, olvidando que nuestro principal compromiso es con Dios y no con las personas, por lo tanto tenemos que servir en primer lugar por amor a Dios. Hoy más que nunca necesitamos mirar a nuestro alrededor y ver que necesidades están pasando nuestros amigos y familia, incluso aquellos que no conocemos.
La visión de Dios para sus hijos es llamar a todo creyente a verse a sí mismo como un ministro del evangelio. Al final de los tiempos, Dios hará reyes y sacerdotes a todos los que crean en Él, y tu corona nadie te la arrebatará.