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“Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano.”

1 Corintios 15:58

Encontrar el tesoro


Solemos pensar que para convertirnos en cristianos fieles o mejor percibidos por el Señor debemos hacer grandes hazañas. Pensamos que tenemos que demostrar un gran valor frente a situaciones que nos aterran o alcanzar objetivos que sólo podrían obtener los súper héroes. Para ser los más obedientes terminamos por forzar acciones que no resultan honestas, ni vienen desde nuestros corazones. Querer mostrarnos perfectos ante la mirada de los demás sólo nos hará seres falsos, que viven de una mentira para alcanzar algo que nadie les ha impuesto.

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Fijar las bases de lo que se espera de nosotros como devotos no siempre resulta sencillo cuando hay cierta desinformación. Cuando se nos dice que tenemos que seguir el ejemplo no significa que no estén contemplados los errores en ese trayecto. La realidad es que el verdadero tesoro está en vivir la palabra de Dios y no subestimar falsas esperanzas. Ser solidarios en el día a día, fieles a Nuestro Señor y bondadosos con nuestros hermanos. Ser compasivos ante las equivocaciones propias y de otros, y estar preparados para dar sin esperar nada a cambio. Los ideales no existen, sólo nos traerán frustración cuando con pequeñas acciones y viviendo en la gracia de Dios, podremos estar siempre cerca de Él.