¡Descarga la app!

Accede a más contenido como este.

“Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor.”

Colosenses 3:23-24

Vale el esfuerzo


Cuando nos encontramos cansados y fastidiosos podemos comenzar a hacernos preguntas y cuestionarnos el tiempo y el esfuerzo que realizamos para lograrlo. Hay tareas en nuestro proceso de aprendizaje o en nuestro camino para lograr una meta que pueden no resultarnos agradables. Algunas de esas tareas nos costarán más que otras: más concentración, más tiempo, más entrega. Podemos preguntarnos: “¿Vale la pena?”, cuando en realidad deberíamos hablar de esfuerzo y no de pena. La pena no tendría que estar presente en un plan que nos dará grandes resultados o que nos llenará de regocijo.

Publicidad

La recompensa será dada por Nuestro Padre. Seguramente tendremos que dejar a un lado otros momentos que nos resulten más divertidos como disfrutar con amigos o compartir tiempo en familia. Pero no debemos olvidarnos de nuestra meta y de cuán alegres nos sentiremos al lograrla. Dios estará presente en todo el trayecto, con su palabra de aliento cuando estemos tentados a abandonar el proyecto, y con su gracia cuando lo finalicemos. Porque sólo Él será testigo de nuestras renuncias para llegar a la meta, y retribuirá nuestro esfuerzo con armonía, descanso y alegría. Es normal querer dejarlo todo por la mitad cuando nos encontramos sin fuerzas para seguir, pero la recompensa de Nuestro Señor será grande y será aún mayor que nuestras ganas de abandonar.