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Cuando las personas se apasionan verdaderamente por algo, muchas veces llegan a los extremos en la búsqueda de lo que las apasionan. Probablemente usted ha escuchado historias sobre nadadores que se afeitan absolutamente todo el vello corporal o levantadores de pesas que toman esteroides y pasan días enteros en la sala de pesas.
La iglesia cristiana fue construida por apasionados. A veces la pasión los llevó a extremos no saludables; a veces los extremistas se convirtieron en héroes que otros trataron de imitar. La devoción a Cristo llevó a unos a quedarse solteros como monjes, monjas o sacerdotes y ver la soltería como un estado más santo. Esos ejemplos extremos de “soltería” llevan a una reducción no saludable del respeto al matrimonio
Algunos cristianos apasionados, hastiados de la inmoralidad que los rodeaba, a veces no se pudieron resistir a dictar leyes y normas que Dios no mandó, en un intento de purificar y proteger al pueblo del pecado. En varias épocas de la historia de este país, grupos cristianos han condenado el alcohol, el cine, el teatro, jugar cartas y el comercio en domingo.
Lo que necesita la iglesia cristiana en el siglo 21 es estudio cuidadoso de la Escritura y equilibrio. Tenemos que ayudar a la gente a navegar entre los extremos del legalismo (imponer leyes que Dios no dio) y el libertinaje (desechar las restricciones que Dios sí impuso) en el cuidado de su templo. Te animo a que seas un apasionado enteramente de Cristo esto te va a llevar a vivir una vida en perfecta plenitud.
