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Poder estar positivas y con energía suficiente para seguir es un ejercicio que debe entrenarse de modo cotidiano. Aprende ahora cómo tomar una nueva rutina en el siguiente artículo.
“Que nunca te abandonen el amor y la verdad: llévalos siempre alrededor de tu cuello y escríbelos en el libro de tu corazón. Contarás con el favor de Dios y tendrás buena fama entre la gente.” Proverbios 3:3-4
El amor a uno mismo nada tiene que ver con egoísmo, por el contrario, no es otra cosa que uno de los mandatos de Dios, y tiene doble propósito: por una parte nos sirve de escudo para protegernos de atropellos y agresiones verbales y físicas de quienes no conocen el amor; y por otro lado nos equipa para amar sin condiciones a nuestros seres queridos en particular y al prójimo en general.
“Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en Ti he puesto mi confianza. Señálame el camino que debo seguir, porque a Ti elevo mi alma.” Salmos 143:8
Más de una vez hemos escuchado en muchos ámbitos de nuestra vida a personas aconsejar a otras a amarse a ellos mismos. Por lo general, este aparentemente noble consejo procura crear una consciencia de lo importante que somos. Esa premisa pretende advertirnos acerca de no descuidar la estima que tenemos por nosotros mismos, en especial cuando estamos más preocupados por el bienestar de otros que por el propio.
“Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una Fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada.” 1 Corintios 13:2
El llamado que tenemos los hijos de Dios es valorar y dar gracias a Dios por su doble obra en nosotros. Es decir, lo que ha hecho al crearnos y al redimirnos. Fuimos creados a la imagen de Dios y fuimos rescatados con un sacrificio muy alto, es decir, Cristo murió por nosotros, y de allí proviene nuestra dignidad. Esto quiere decir que debemos a Dios agradecimiento eterno y una manera de devolver su amor es amándonos a nosotros mismos como Él nos ama.
“Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser, para que por Fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor.” Efesios 3:16-17
La actitud correcta con respecto a nosotros mismos es valorar, apreciar y estimar la obra de Dios en nosotros. Somos obras suya, y de allí proviene nuestra dignidad. La llave que revela nuestro potencial ilimitado es el amor, que es el que nos libera y cura; aunque el amor empieza por nosotros mismos. Recordemos que no tiene sentido buscar fuera lo que no nos damos a nosotros mismos.