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Agregando Valor a Tu Vida

Comprende que en los momentos más complicados del recorrido encontraremos bendiciones y personas que nos harán comprender el verdadero valor del Espíritu Santo. En el siguiente artículo podemos descubrir maneras de agradecer para sentirnos en armonía.

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“Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría”. 2 Corintios 9:7

En el sendero espiritual, cada palabra de agradecimiento y plegaria tejida nos acerca a un espacio sagrado. Es como si, a través de la gratitud, abriéramos una puerta hacia una dimensión única, donde la conexión con nuestro Salvador se intensifica.

Este viaje es una invitación a sumergirse en la abundancia de la gratitud, a reconocer las maravillas que danzan en la sinfonía de la vida diaria. La clave reside en abrazar este tránsito con una consciencia renovada, en vivir con intensidad el presente y en valorar cada experiencia.

La etapa actual es un llamado a aprovechar las bendiciones presentes, a despojarse de las cargas del pasado y a liberarse de las preocupaciones por el futuro. Enfocarse en el ahora, en las oportunidades que el Padre Celestial nos brinda para sanar y mejorar, se convierte en una fuente nutricia para el cuerpo y el alma.

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“La bendición del Señor es la que enriquece, y El no añade tristeza con ella”. Proverbios 10:22 

La gratitud, en este escenario, se convierte en una celebración: un reconocimiento de los dones recibidos, del calor divino que nos guía en cada paso. Es un recordatorio de que cada espacio que ha sido hogar en el último año lleva consigo la impronta amorosa del Señor.

Las relaciones familiares, modeladas con esfuerzo y equilibrio, se erigen como pilares de armonía y felicidad. En este viaje, se valora la comunión, el amor y la paz que enlazan a cada miembro de la familia, siguiendo el ejemplo de Jesús en la cruz.

Aunque algunos temas puedan necesitar resolución, la apuesta reside en mejorar y compartir tiempo con los seres queridos. Se trata de buscar espacios y momentos para unirse en el amor y el respeto que Jesús nos enseñó con su sacrificio.

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“Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes, afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”. Jeremías 29:11

Ha sido un camino lleno de aprendizajes y el tiempo invertido en la formación de creencias y valores, guiados por el Espíritu Santo, ha dado frutos sólidos. La Fe y el Señor son las bases que sostienen cada acción, otorgando solidez a los propósitos emprendidos.

Este momento invita a seguir el sendero de la iluminación, permitiendo que el corazón dicte el rumbo. La contención espiritual creada se mantiene firme, pero es esencial seguir la guía de lo que se desea, no de las expectativas externas. En esta travesía, confiar en el legado de amor dejado por Jesús se vuelve la brújula que orienta cada paso.

Es el instante para reconocer cada emoción que florece en el presente. Observar, reflexionar y comprender las sensaciones que se repiten en la mente. Cada emoción, ya sea calma, irritación, felicidad o melancolía, es un faro que ilumina el camino. Es un recordatorio de que, al encomendar el corazón a una vida llena de amor, respeto, esperanza, paz y bendiciones, se elige avanzar hacia un futuro lleno de luz y gracia.


“Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos”. Mateo 5:45

Así, con cada acto de gratitud, se ha contribuido a este proceso de transformación. Este viaje no es solo un ejercicio espiritual, sino un compromiso continuo de vivir de acuerdo con los principios que emanan del amor divino.

La gratitud, como hilo conductor, sigue tejiendo la trama de nuestras vidas, recordándonos que, en cada paso, estamos rodeados de la gracia eterna de nuestro Salvador. Que cada día, al despertar, seamos artesanos de la gratitud, hilando con amor y consciencia la obra maestra de nuestra existencia.




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