Atraer bendiciones de cambio y de transformación requiere que nos conectemos con el corazón 100%. Navega el siguiente artículo y explora la manera de sentirte en plenitud espiritual hoy mismo.

"Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo" Santiago 3:2

Si anhelamos experimentar un cambio en nuestras vidas, atrayendo energías de renovación y positividad para nuestro espíritu, debemos iniciar ese proceso desde nuestros pensamientos y elecciones.

En el transcurso de nuestras jornadas, el Señor nos coloca frente a diversas situaciones y nos presenta personas que nos guían en nuestro camino. Siguiendo la senda iluminada por el Espíritu Santo, podemos ofrecer una ofrenda de paz al Padre, siguiendo sus pasos.

No obstante, si desatendemos estas señales de amor y comprensión que nos envía nuestro Salvador, nos encontraremos vagando en la oscuridad, cegados y desinteresados en lo que realmente nutre nuestra existencia. 

“Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. Pero este género no sale sino con oración y ayuno.” Mateo 17:19-21

Es imperativo que tomemos conciencia del impacto que tiene en nuestras acciones la percepción que tenemos de nosotros mismos, nuestro propio concepto.

Cada uno de nosotros ha moldeado una imagen de sí mismo a lo largo del tiempo, influenciada por nuestras vivencias.

Algunos cargan con una visión negativa, flagelándose por acciones pasadas o respuestas ante desafíos, creyendo erróneamente que siempre están en falta. Otros, en cambio, aprenden de sus errores y ven cada situación como una oportunidad para crecer.

“La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?” Mateo 6:22

Lo que muchos pasan por alto es que nuestra percepción de nosotros mismos determina el rumbo de nuestro camino.

Por ende, debemos preguntarnos cómo alcanzar metas que parecen estar fuera de nuestro alcance, o cómo desarrollarnos plenamente si nuestra autoimagen nos limita desde el principio.

La vida en la senda del Señor nos llama a convertir nuestras sombras en luz bajo la guía divina; a transformar lo negativo en oportunidades de mejora; a superar los obstáculos de la mano de Dios para alcanzar la excelencia en todas las áreas de nuestra vida; a dar más, a servir más, a expresar afecto en nuestras acciones y palabras hacia quienes nos rodean, sirviendo con humildad al Señor.

«Bendito el hombre que confía en el Señor, y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto. Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?» Jeremías 17:7-9

Al transformar nuestras sombras en luz, comenzamos a presenciar las bendiciones divinas manifestándose en nuestras vidas.

Cuando tomamos la decisión de caminar junto al Señor y expresamos nuestra fe con palabras que reflejan su presencia en nuestra existencia, demostramos la madurez espiritual alcanzada gracias a Dios Padre.

Cuando controlamos nuestras palabras, evitando la impulsividad de herir o buscar venganza, también protegemos a aquellos que nos rodean y honramos la gloria de Dios con nuestras acciones.