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Como Dios lo hizo: 6 pilares en la vida de Jesús donde venció el amor.

¿Qué más podemos decir acerca del poder curativo del amor? Tal vez estos ejemplos de la vida del Señor lo ilustren mejor. En el más puro y desinteresado acto de amor hacia nosotros, sus hijos Dios entregó a su propio hijo.

Entregó a su propio hijo.

“Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.” Juan 15:9-10

En el más puro y desinteresado acto de amor hacia nosotros, sus hijos Dios entregó a su propio hijo para redimirse así por nuestros pecados. El ejemplo por excelencia de amor. Tal es el amor y la confianza que nos tiene, tan grande es el potencial que ve en nosotros, tal es la confianza que reside en nuestro corazón, a la que llamamos Fe, y que representa la llave del amor.

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Perdonó a quienes le ofendían.

“Que nunca te abandonen el amor y la verdad: llévalos siempre alrededor de tu cuello y escríbelos en el libro de tu corazón. Contarás con el favor de Dios y tendrás buena fama entre la gente.” Proverbios 3:3-4

Así lo hizo con Pedro quien no sólo lo traicionó una vez, sino que dos y hasta tres, todo en menos de que cantara un gallo, tal y como Jesús mismo lo había vaticinado. Pero aún así, Pedro encontró el perdón divino en Jesús y hasta no sólo un confesor por todos sus pecados, sino que también un amigo.

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Nos enseñó que con amor todo se puede.

“Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser, para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor...” Efesios 3:16-17

Como todo maestro ejemplar, Cristo siempre supo que la manera de que sus enseñanzas perdurasen en el tiempo, era mediante el ejemplo. Él mismo protagonizó los momentos que prontamente comenzaron a circular y que comenzaron a darle la fama del Mesías, el Salvador que vino en busca de su trono.

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Nos regaló una vida en enseñanzas.

“¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho, y dejar de amar al hijo que ha dado a luz? Aún cuando ella lo olvidara, ¡yo no te olvidaré! Grabada te llevo en las palmas de mis manos; tus muros siempre los tengo presentes.” Isaías 49:15-16

Todas las hazañas y milagros, todos los leprosos y los ciegos que lograron ver; toda su bondad y amor puestos en práctica fueron registrados por sus discípulos y testigos de diversos pueblos mediante el compendio de todo lo que circunda la historia de Dios: La Santa Biblia.


Nos compartió su sabiduría.

“Grábame como un sello sobre tu corazón; llévame como una marca sobre tu brazo. Fuerte es el amor, como la muerte, y tenaz la pasión, como el sepulcro. Como llama divina es el fuego ardiente del amor.” Cantares 8:6

Pero es importante recordar que Él nos enseñó poniendo pruebas en nuestro camino para q aprendamos realmente por nuestros propios medios, ya que poseemos todas las respuestas en nuestro corazón, y podamos de esa manera fortalecernos y crecer en espíritu. Tan grande es el potencial que Dios ve en nosotros, tal es que sabe que nosotros encontraremos la manera de sortear las pruebas.


Nos regaló la promesa de la vida eterna.

“Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.” Romanos 8:38-39

Como recompensa por haber transitado el camino que Él nos propone, aquel camino difícil, el que requiere mayor sacrificio y un espíritu lo suficientemente fuerte; Dios nos promete una vida eterna en el paraíso, junto a su lado, disfrutando la bondad de Dios Padre en toda su inmensidad, en una eternidad donde todo es paz, felicidad y armonía.




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