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Que la Confianza Guíe tu Camino

Es muy importante escuchar nuestro interior y lograr conectar con la Palabra del Señor por intermedio de la Oración, la lectura de la Biblia y la interacción constante con nuestros seres queridos.

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“Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo”. Efesios 4:32

Si no podemos resolver a tiempo nuestros sentimientos de ira y desconfianza, estaremos expuestos a no cerrar las heridas, perpetuando en un círculo vicioso la causa principal de nuestro dolor.

Alejemos rápidamente el enojo de nuestras vidas, dejemos de pensar una y otra vez en aquello y en quienes nos han perjudicado. Al centrar todas nuestras energías en aquellos que nos han lastimado nos alejamos de la Sabiduría que nos brinda a través de Su Palabra El Señor.

Nuestros pensamientos deben reposar en el Amor y la Misericordia de Dios para restablecer de manera continua, la Paz y el Equilibrio que tanto necesitamos.

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“Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial”. Mateo 6:14

Los sentimientos negativos tienen la capacidad de nacer de forma natural en nuestros corazones como respuesta al mal que nos han infligido y, por este motivo, es muy difícil extirparlos de nuestro interior.

A veces sentimos que hemos aplacado nuestra ira, que hemos superado el reto y sin embargo vuelve a resurgir como algo que no podemos controlar.

Ante estas circunstancias, es indispensable mirar intencionadamente al Señor comprendiendo que Él está al tanto de todo lo que nos sucede y, por lo tanto, nos dará la fortaleza necesaria para que erradiquemos el resentimiento y todos los impulsos de revancha.

Cuando logramos transformar toda esa energía negativa en positiva podemos actuar en la Gracia, el Amor y la Misericordia de Dios.

Comprobaremos rápidamente que nuestras cargas se aligeran, liberándonos de los malos pensamientos que nos quitan el sueño.

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“De modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes”. Colosenses 3:13

La Palabra de Dios nos enseña, por intermedio de las Sagradas Escrituras, a sobrepasar los límites que las respuestas naturales de nuestro cuerpo y mente producen en nosotros ante las ofensas recibidas y nos invita a imitar Su Espíritu Compasivo y Misericordioso.

Podríamos decir que es una de las acciones más difíciles y complicadas que debemos afrontar: Amar a quien nos hizo daño. Pero debemos saber que El Señor Confía tanto en nuestro potencial, que sabe que siempre podremos elegir el Perdón y el Amor, transformándonos, de esta manera, en Sus instrumentos de Misericordia.


“No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se les condenará. Perdonen, y se les perdonará”. Lucas 6:37

¿Cómo no corresponder a esa maravillosa muestra de Confianza de nuestro Padre Celestial?

¿Cómo no Obedecer Su Perfecta Palabra obrando para Bien y sirviendo a Sus propósitos?

Tengamos presente que El Altísimo nos dará el Coraje y la Voluntad para sustituir la ira por Compasión, el odio por Amor, la angustia por la Calma.

Dios resguarda nuestro corazón de los sentimientos de revancha y nos Bendice con la Calma y la Serenidad ante la opresión.




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