Transitar la vida de un modo único y especial dependerá de tí. Conoce cómo reparar tu corazón día a día en el siguiente artículo.

"Entonces Jesús le dijo: —Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?" Juan 11:25-26

Es cierto que por momentos la vida nos sacude, nos sorprende y nos muestra situaciones que nos lastiman. Trae a nuestro día aconteceres dolorosos. Inesperados, quedándonos como detenidos en la espera, tratando de comprender, conteniendo la respiración para que el dolor sea menos agudo.

Hasta que más tarde, podemos lentamente empezar a respirar. Y llorar, o conectarnos con el sufrimiento. Y allí empieza el verdadero camino de devenir humanos. De decidir que haremos, frente a ese trago amargo que se nos presenta.

Seguramente que a todos nos ha sucedido, y nos volverá a suceder. Por eso es necesario poder comprender que el camino lo podemos tansitar de un modo solitario o junto al Espíritu Santo, con las bendiciones y la sabiduría infinita del Señor.

"Pelea la buena batalla de la fe; haz tuya la vida eterna, a la que fuiste llamado y por la cual hiciste aquella admirable declaración de fe delante de muchos testigos." 1 Timoteo 6:12

Aunque en el momento parezca muy difícil, y muy intenso el sufrimiento, las amarguras de la vida son las que se procesan más rápido.

Si bien son intensas, y realmente amargas, la intensidad está en relación directa con la posibilidad de superarlo. Ninguna persona sana desea instalarse cómodamente en el sufrimiento, de cualquier fuente que provenga.

Por este motivo es que apoyarnos en el amor del Señor es uno de las acciones y decisiones más sensatas que podemos tener a la hora de enfrentar este tipo de escenarios adversos.

Dios nos dará oportunidades en otro momento de nuestro camino, enfocando tu energía, en búsqueda de nuevos destinos, podrás vislumbrar nuevos y esperanzadores horizontes junto a al Padre Celestial.

Recuerda que cosechamos aquello que sembramos, y si te encuentras cosechando solamente un tipo de vida, quizás es momento de contemplar tu conexión con el Espíritu Santo.

"No se contenten solo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica." Santiago 1:22

A veces lo que suele ocurrir es que nuestras energías están puestas de manera excesiva en una área, privilegiándola sobre las otras en nuestra vida. En lugar de ser distribuida equilibradamente por distintos momentos y pasajes, estamos pensando y enfocando todo en un único espacio o proyecto.

El tiempo es finito y debemos administrarlo de un modo equilibrado. Veremos que son idas y vueltas de la vida, que en la búsqueda de la verdad y la paz interior, el Señor siempre brinda nuevas oportunidades.  El Padre Celestial siempre va a estar atento para poer darnos una bendición y un aprendizaje, para prepararnos mejor y subirnos a su sabiduría.

Lo que también debemos tener en cuenta es que la queja no suma. No pierdas tiempo tampoco en la autocompasión, construye más oportunidades junto a Dios ahora mismo.

"Yo amo al Señor, porque él escucha mi voz suplicante. Por cuanto él inclina a mí su oído, lo invocaré toda mi vida." Salmo 116:1-2

Lo más importante es nuestra actitud: la actitud negativa que se expresa en lamentos o quejas, no colabora en nuestro bienestar. En cambio podremos mostrar mayor empatía al respecto, estar en condiciones plenas de Fe y de apuesta al cambio para superar este momento.

Debemos recordar que son estas pruebas de Fe y esperanza que nos acerca el Señor para reforzar nuestra espiritualidad y estar disponible de corazón para sanar nuestras heridas.

Quizás también son oportunidades para descubrir afectos reales, dispuestos a ayudarnos y a conectarnos en la Gloria del Señor. Aceptando con gracia las bendiciones de Dios, convirtiendo pequeños dolores en agradecimiento por sentir, y estar viviendo junto al Espíritu Santo.