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Dejando la Queja Fuera de la Vida

Enfocarnos en lo negativo no ayudará nunca a superar nuestras adversidades. Encuentra la respuesta adecuada en el siguiente artículo.

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“Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza. Alabadle, bendecid su nombre”  Salmo 100:4

Cada persona se vincula con nuestro Padre Celestial de una manera única y especial.

Si logramos darle una mayor dedicación a cultivar y profundizar nuestra Fe para acercarnos a Él, nos permitirá recibir toda su iluminación y su guía espiritual. No permitamos que nos roben la capacidad de ser felices y de sonreir ni la esperanza de poder seguir adelante esta vida que elegimos como hermanos y hermanas en la Fe.

Los comentarios negativos y que no construyen deben ser perdonados. Las personas que emiten o piensan de esta manera, viven cuestionando nuestras acciones y desprestigiando nuestra relación con el Espíritu Santo.

No debemos ignorar a estas personas, debemos explicarles y mostrarle con hechos concretos porque la Fe nos moviliza de maneras extraordinarias, pero si estas personas son necias o simplemente buscan desafiarnos cuando les mostraremos nuestro lado más amable. 

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"Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea completa." Juan 15:11 

La respuesta es no. La relación con Dios no puede medirse en términos de relatividad o dualidad. La Fe es un camino personal que cada uno debe recorrer a su ritmo y en su propia forma. Por esta razón, la pregunta sobre la última vez que oramos no debe ser utilizada como una medida comparativa para juzgar la relación de una persona con Dios.

Por el contrario, el objetivo de la pregunta debería ser motivar una reflexión profunda sobre la importancia de la oración en la vida de cada uno. La oración es el medio por el cual nos comunicamos con Dios, por lo que es esencial para fortalecer nuestra relación con Él.

A través de la oración, podemos encontrar la paz y la fuerza necesarias para enfrentar los desafíos que se presentan en nuestra vida diaria.

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 "Señor, ¡danos la salvación! Señor, ¡concédenos la victoria! Bendito el que viene en el nombre del Señor. Desde la casa del Señor los bendecimos." Salmo 118:25-26

Es importante tener en cuenta que la oración no tiene que ser una tarea tediosa o monótona. Cada uno puede encontrar su propia forma de comunicarse con Dios, ya sea a través de la meditación, la lectura de textos sagrados, la música, la danza, el silencio o cualquier otra forma que resuene con su ser interior.

Además, es fundamental entender que la relación con Dios no se limita a momentos específicos de oración, sino que es una conexión continua que podemos cultivar a lo largo del día. Podemos encontrar la presencia de Dios en los pequeños detalles de nuestra vida cotidiana, en las personas que nos rodean y en los eventos que nos suceden.


"El que salga vencedor se vestirá de blanco. Jamás borraré su nombre del libro de la vida, sino que reconoceré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles." Apocalipsis 3:5

En este sentido, la Fe no es algo estático, sino que es una constante evolución y crecimiento. Debemos estar abiertos a nuevas experiencias y formas de entender nuestra conexión con Dios, y estar dispuestos a cuestionar nuestras creencias y prejuicios para profundizar en nuestra relación con Él.

La oración no es el único medio para fortalecer nuestra relación con Dios. También es importante cultivar valores como la humildad, la compasión, la generosidad y la gratitud, y aplicarlos en nuestra vida diaria. Al hacerlo, nos acercamos cada vez más a la esencia de la Divinidad y nos convertimos en instrumentos para manifestar su amor y su voluntad en el mundo.




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