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“Reconoce, por tanto, que el Señor tu Dios es el Dios verdadero, el Dios fiel, que cumple su pacto generación tras generación, y muestra su fiel amor a quienes lo aman y obedecen sus mandamientos.” Deuteronomio 7:9
En la vida todos pasamos por momentos difíciles, situaciones que nos hacen sentir alejados de Dios y de su amor. A pesar de nuestros esfuerzos, parece que no podemos escuchar su voz y sentir sus bendiciones. Sin embargo, nunca es tarde para retomar el camino de la luz y el amor del Señor.
La primera manera de acercarnos a Cristo es sin presiones, de manera espontánea y demostrando la alegría que experimentamos cuando leemos la Palabra. Es importante recordar que, al acercarnos a Dios, sentiremos nuevamente el calor de su amor y su presencia en nuestras vidas.
“Desde antes que nacieran los montes y que crearas la tierra y el mundo, desde los tiempos antiguos y hasta los tiempos postreros, tú eres Dios.” Salmos 90:2
Saber que no estamos solos y que junto a Dios, junto a todos sus hijos e hijas, tendremos acceso a sentirnos amados ilimitadamente, acompañados y colmados de bendiciones, es la clave para comprender que nunca más sentiremos soledad y que los problemas serán los problemas de todos.
Para retomar el amor del Señor es importante también comprender el camino que queremos seguir. Es fundamental recordar las decisiones que hemos tomado en nuestra vida, siempre meditando en Cristo. A través de esta meditación y reflexión, experimentaremos un crecimiento espiritual que nos brindará la claridad de corazón necesaria para elegir una vez más al Espíritu Santo.
“Y dijo: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes, y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo.” Génesis 1:26
Otra manera de retomar el amor del Señor es compartir junto a otros hijos e hijas de Dios. Encontrar en nuestro círculo de amigos la dinámica de vivir rodeado de amor y gozo de servir a Dios, experimentando la alegría de contar con él como amigo, compañero, consejero y más, es una de las sensaciones más hermosas que podemos experimentar en nuestra vida.
En estos momentos, en los que la pandemia del COVID-19 nos ha llevado a situaciones de aislamiento y soledad, es fundamental no perder la fe y seguir trabajando en nuestra relación con Dios.
A pesar de la distancia física, podemos acercarnos al Señor a través de la oración y la lectura de la Palabra. Debemos recordar que Dios siempre está con nosotros, y que él es nuestra fortaleza en momentos de debilidad y desesperación.
“Daré a conocer la grandeza de mi santo nombre, el cual ha sido profanado entre las naciones, el mismo que ustedes han profanado entre ellas. Cuando dé a conocer mi santidad entre ustedes, las naciones sabrán que yo soy el Señor. Lo afirma el Señor omnipotente.” Ezequiel 36:23
Retomar el amor del Señor en momentos difíciles es posible a través de la meditación en Cristo, la lectura de la Palabra, la oración y la compañía de otros hijos e hijas de Dios.
Debemos recordar que nunca estamos solos, que Dios siempre está con nosotros y que su amor es incondicional. Sigamos trabajando en nuestra relación con él y en nuestra búsqueda de la luz y la verdad, sabiendo que siempre habrá un camino de regreso al amor del Señor.
Compartamos junto a otros hijas e hijos de Dios. Poder encontrar en nuestro círculo de amigos, la dinámica de vivir rodeado de amor y gozo de servir a Dios. Experimentar la alegría de contar con Dios como amigo, compañero, consejero y más es de las sensaciones más hermosas que tenemos hoy en vida.