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Guiando la Protección Necesaria

Puedes generar protección extra en tu vida si te enfocas en la oración. Acude a los versículos del siguiente artículo para generar esa atracción divina.

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“Entrad por sus puertas con acción de gracias, y a sus atrios con alabanza. Dadle gracias, bendecid su nombre.” Salmos 100:4

Sin importar el idioma que hablamos, nuestra posición social, los logros educativos alcanzados, nuestros gustos musicales o la gastronomía tradicional de nuestra región. Lo que realmente nos une es nuestra devoción inquebrantable hacia Jesús.

Es por este motivo que, en todos los rincones del mundo, nos reconocemos como una gran familia. Tenemos un núcleo familiar en nuestros hogares, donde debemos reinventarnos, comprendernos y cuidarnos unos a otros. Pero también somos una familia a nivel global, conectados por la espiritualidad y la oración.

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“El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi salvador; mi Dios es mi roca, en quien encuentro protección. Él es mi escudo, el poder que me salva y mi lugar seguro” Salmos 18:2

Siguiendo las enseñanzas del Espíritu Santo, desde las escrituras sagradas hasta los milagros que presenciamos a diario, comprendemos que nuestro Padre celestial es fiel y forma parte intrínseca de su ser. Podemos confiar en Él y fortalecernos en su presencia para sobrellevar las dificultades que se nos presenten.

Es Dios Padre quien nos guía en su plan divino, permitiéndonos descifrar sus mensajes a través de situaciones particulares y planteamientos específicos.

Si deseamos que Dios resida en nuestro corazón, tenemos una responsabilidad clara. Debemos demostrar con acciones concretas nuestro firme deseo de mantenernos fieles a Él, orando y cumpliendo diariamente con el respeto hacia su mensaje divino de salvación. 

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“Ciertamente El asombrará a muchas naciones, los reyes cerrarán la boca ante El; porque lo que no les habían contado verán, y lo que no habían oído entenderán.” Isaías 52:15

Imaginemos que nos encontramos caminando por un desierto implacable, sin una sombra a la vista, con temperaturas abrasadoras y un sol ardiente que quema la tierra. En ese preciso momento, anhelamos fervientemente que un grupo de nubes aparezca y oculte al sol, o que esas nubes desaten una tormenta que alivie nuestra situación.

Por otro lado, alguien que vive en una región fría, donde las nubes y la lluvia son comunes durante la mayor parte del año, anhela ver el sol y sentir su cálida radiación sobre su piel. ¿Qué relativo puede ser el anhelo o la situación en la que nos encontramos, verdad? ¿Qué hace que la percepción sea tan opuesta entre unos y otros?

Nuestro Padre celestial nunca se equivoca. Su plan divino está trazado y diseñado para que todos, sin excepción, podamos deleitarnos con los fundamentos y certezas en los que se sustenta el Espíritu Santo. Debemos tener siempre presente a Dios en cada momento y en cada lugar. Su Palabra nos enseña a ir más allá de las nubes que ocultan al sol, a ver más allá del árbol que obstaculiza nuestra visión del bosque.


“El es el que hizo la tierra con su poder, el que estableció el mundo con su sabiduría, y con su inteligencia extendió los cielos.” Jeremías 51:15

Siempre seremos escuchados y se nos brindarán certezas en momentos de incertidumbre, luz en las tinieblas y paz para sobrellevar situaciones de violencia ajena. Dios será nuestro faro y nuestra fortaleza para alcanzar un puerto seguro, sin importar el escenario o la situación. Jesús estará presente en nosotros y en aquellos que nos rodean, como hermanos y hermanas de Fe.

La oración es el canal para acercarnos a la Gloria de Dios y a las bendiciones que su hijo Jesús cumplirá para aquellas personas que anhelen tenerlo a su lado como un amigo protector y fiel guía en los momentos adversos de la vida.




Versículo diario:


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