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En retribución a la Gloria y las bendiciones que recibimos del Señor debemos tener en cuenta que nuestros actos de Fe nos acercarán mucho más a la iluminación del Espíritu Santo. Encuentra estas maneras para poder expresar tu gratitud hacia el Padre.
“Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.” Tesalonicenses 5:16-18
Sé agradecido en todo momento. Es muy importante meditar al finalizar el día y mirar a través de los ojos de nuestros corazones para poder darnos cuenta de con cuánto hemos sido bendecidos en nuestras vidas. Reconociendo a Dios como responsable de todo aquello que tenemos, experimentaremos el sentimiento de la humildad, el cual nos guiará por la senda del agradecimiento. Comienza el ejercicio hoy mismo, da gracias al Señor por todo lo que Él te ha dado.
“¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!” Corintios 15:57
Ora por tus hermanos y hermanas. ¿Qué mejor regalo al prójimo que incluirlo en nuestras oraciones? Un verdadero y sincero presente en el cual le pedimos a Dios que interceda por el prójimo. Pero es importante tener en cuenta que la oración no es dinero, por eso no debemos esperar a un favor de un hermano en Cristo para orar por él. En vez, hagámoslo desinteresadamente extendiendo a través de nuestras plegarias una red de amor divino, orando especialmente por aquellos que nos ofenden.
“¡Alaben al Señor porque él es bueno, y su gran amor perdura para siempre!” Crónicas 16:34
Devuelve la buena acción a otra persona. Cuando Dios te bendice con la ayuda de alguien, es una muy bella actitud que tengas un gesto con un tercero y le des algún tipo de ayuda. De esta manera estarás formando una red de favores que crecerá exponencialmente fortalecida en el amor de Cristo. Practica esto y llévalo tan lejos como puedas, que el mundo entero sepa que el amor divino no conoce fronteras.
“Porque todas las cosas proceden de él, y existen por él y para él. ¡A él sea la gloria por siempre! Amén.” Romanos 11:36
Enseña a los más pequeños. Ten Fe y esperanza en las nuevas generaciones, pues ellos son más fuertes y más puros; y sus corazones se encuentran más cercanos a Dios. Muéstrales la importancia de la palabra de Cristo mediante los ejemplos y las acciones, respaldando con hechos lo que lees en la Sagrada Palabra. Es importante recordar que los niños imitan el ejemplo que los mayores les dan mediante sus obras, no importa cuántas veces le repitamos un precepto, ellos sólo repetirán aquello que nosotros hagamos.
Sé fiel testigo del amor de Dios. Si bien son importantes las obras que realicemos en el nombre del Señor y ellas representan mejor que las palabras nuestro propósito en esta vida, hay otro aspecto igual de importante que debemos considerar. Se trata de dar a conocer al mundo que somos testigos del poder de transformación que reside en Cristo Jesús. Tan sólo debemos mirar en nuestros corazones para ver cómo éramos antes de la llegada de Dios a nuestras vidas y cómo nos encontramos ahora. Recordemos entonces que cada uno de nosotros es ejemplo viviente de transformación en el Señor.
“Dedíquense a la oración: perseveren en ella con agradecimiento.” Colosenses 4:2
Lleva Su Palabra a quienes más lo necesitan. Al igual que las abejas polinizan las demás flores facilitando el trabajo de la naturaleza, nosotros debemos llevar la palabra de Dios a quienes más la necesitan. Es nuestra tarea como soldados del ejército divino que tanta felicidad y amor trajo a nuestras vidas, y qué mejor manera de devolver tal acto de amor que llevando al mundo entero la más perfecta experiencia de vida.
“Y todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de Él.” Colosenses 3:17
Vive en el Señor. Agradécele a diario en tus oraciones y en tus acciones, no olvides que somos lo que somos gracias al Señor Celestial. Perseguir a diario una vida en el Señor significa glorificarle y agradecerle haciendo el sacrificio de llevar una vida acorde a sus preceptos, significa aceptar a Dios en nuestras vidas y comenzar a disfrutar de su inmenso amor.