Accede a más contenido como este.
El diálogo profundo con El Señor nos ayudará a trabajar el Perdón. Cuando Perdonamos, además de cumplir con La Palabra de Dios, estamos restaurando en nuestras vidas la paz del espíritu, la dicha, la gratitud y la posibilidad certera de alimentar con Amor nuestra Esperanza junto a Dios.
“Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo”. Efesios 4:32
Conservar un enojo o dolor contra otra persona y, a su vez, carecer por completo del sentimiento de Perdón en el corazón, trae consecuencias muy negativas a nuestra vida. Cuando tenemos este tipo de comportamiento corremos el riesgo de perder la Paz de Espíritu, el Gozo que nos brinda El Señor cada día e inclusive nuestra salud.
Cuando compartimos nuestros sentimientos más amargos con nuestro Padre Celestial, podemos comprender cuanto nos ama y como fuimos perdonados por Su Infinita Misericordia. Al tomar consciencia de esta maravillosa Bendición, sabremos que nosotros, también somos capaces de Perdonar y de esa manera comprobaremos como se aligeran nuestras cargas más pesadas.
“De modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes”. Colosenses 3:13
La decisión de Perdonar, sin embargo, no es tan fácil como pensamos. No es un mero juego de palabras en donde lo decretamos y, mágicamente, las cosas vuelven a su cauce habitual. No significa que, repentinamente, pensemos que han obrado bien con nosotros o que esa acción no nos siga causando dolor.
Cuando Perdonamos, no pedimos compensación alguna por los daños o las perdidas recibidas. Lo que en realidad estamos decidiendo es no guardar resentimiento contra aquel que nos ofende, aunque tengamos razones más que justificadas para estar molestos. Sin embargo, debemos Imitar a Dios y Perdonar de corazón lo más rápido que podamos para que no se instalen en nuestras almas, el rencor y la ira.
“Tú, Señor, eres bueno y perdonador; grande es tu amor por todos los que te invocan”. Salmos 86:5
Es muy importante estar siempre dispuestos a fortalecer nuestra Fe y tener la Confianza de acudir a Dios Padre en Oración para expresarle nuestras faltas y temores. Perdonar es un acto liberador que nos afianza en el camino que El Señor ha diseñado para cada uno de nosotros.
¿Cuáles son los beneficios, entonces, de ser compasivos y perdonadores? Una de las cargas mas nocivas que puede llevar un ser humano en su interior es el rencor. Cuando vivimos resentidos y disgustados, lo que perdemos, indefectiblemente, es La Paz y la Libertad. Esos sentimientos nos llevan a un estado de enojo permanente del cual no nos podemos desprender. Los estados irritables bloquean las Bendiciones que el Señor derrama sobre nosotros cada día.
Llegamos a una instancia en la cual no podemos disfrutar de nada de todo lo bueno que nos acontece en la Gracia Dios. Perdonar no borra el pasado pero nos permite acometer el Futuro con la mirada limpia y libre.
“Sin embargo, es tal tu compasión que no los destruiste ni abandonaste, porque eres Dios clemente y compasivo”. Nehemías 9:31
Recordemos la palabra del Papa Francisco en la misa matutina de Santa Marta, Colombia, 2014: "Si tú no eres capaz de perdonar, ¿cómo podrá Dios perdonarte? El te quiere perdonar, pero no podrá si tú tienes el corazón cerrado, y la misericordia no puede entrar”.
Recibir a Cristo en nuestro corazón es alejar por completo cualquier sentimiento de revancha o venganza.
Pongamos todo nuestro esfuerzo en Perdonar y pidámosle a nuestro Señor la templanza para olvidar las afrentas que hemos sufrido.