La oración es nuestro canal de comunicación directo con Cristo. Debemos comprender que de este espacio de conexión con el Espíritu Santo, debemos hacer una celebración cotidiana que nos permita sumar iluminación en nuestros corazones.

“No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:6-7

Señor ayúdame a recordar que no importa cuán oscura sea la noche siempre y cuando yo cuente con Tu brillante compañía. Es por eso que también reconozco que Tú eres la luz de mi vida, y es por eso que nunca te apagas y siempre me darás un nuevo amanecer, junto con la promesa de una vida eterna contigo.

“¿Está enfermo alguno de ustedes? Haga llamar a los ancianos de la iglesia para que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. La oración de Fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará. Y si ha pecado, su pecado se le perdonará.” Santiago 5:14-15

Señor Jesús, ciegamente e inundado de Fe en tus manos pongo mi vida, así como también Te confío mis metas todas y mis ilusiones. Guíame hoy y siempre por el caminos que Tu has elegido para mí, por aquel sendero que sé que finalmente me llevará a Ti, a Tu reino; llena mis días de bendiciones y aléjame de todo mal con el que pueda legar a encontrarme. Amen.

“Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy. Que vean mi gloria, la gloria que me has dado porque me amaste desde antes de la creación del mundo.” Juan 17:24

Gracias Señor, por cada momento de mi vida que experimento teniéndote de guía, por cada sueño que me das y por cada bendición que me entregas. Sé que soy lo que soy por Ti, que tengo lo que soy gracias a Ti, y que es mi deber glorificarte solamente a Ti. Gracias otra vez por velar incansablemente por mi familia así como también por la gente que me quiere, pero esta vez también quiero que veles por aquellos que me ofenden, y que ilumines su corazón para que dejen de vivir en el rencor. Amén.

“Regresa y dile a Ezequías, gobernante de mi pueblo, que así dice el Señor, Dios de su antepasado David: He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a sanarte, y en tres días podrás subir al templo del Señor.” 2 Reyes 20:5

Señor, en Tus manos coloco mis preocupaciones y problemas. En Tu sabiduría mis planes y objetivos, en Tu inmenso amor, mi vida y la de mis seres queridos. Confío en Ti plenamente.

“De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando cada uno a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada, y ambos son herederos del grato don de la vida. Así nada estorbará las oraciones de ustedes.” 1 Pedro 3:7

Dios mío, Tu sabes todo acerca de mí. Tu sabes cuándo lloro, cuando río, cuando estoy en soledad. Protégeme y anímame a seguir adelante siempre. Amen.