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7 usos y costumbres de la vida cotidiana en los tiempos de Jesús

Conoce y explora estos detalles y descubrimientos únicos.

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Alimentos

“¡Él apaga la sed del sediento, y sacia con lo mejor al hambriento!” Salmos 107:9

La principal bebida era el agua, que sacaban del pozo del pueblo antes de que calentara el día, con un balde hecho de cuero de cabra o en tinajas. El alimento básico era la harina: algunas semillas eran colocadas en una lamina de metal caliente, la mayor parte se trituraba en el molino de mano y se formaban tortillas que eran cocidas en hornos de barro. El pan crecía en tamaño al añadirle parte de una masa con levadura, preparada el día anterior.

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VESTIMENTA

“Ni la plata, ni el oro, ni la ropa de nadie he codiciado.” Hechos 20:33

Se usaban mantos largos y holgados para mantenerse fresco, pero el tipo de tela lo determinaba la riqueza y el estatus social de cada persona. El campesino usaba un delantal o una túnica, y manto. La túnica del hombre era blanca y llegaba hasta la rodilla, la de la mujer era parecida, pero más adornada y colorida. El manto externo era largo y de lana, con franjas de tonos color café. Los pobres se aflojaban el cinturón y se envolvían en el manto.

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Ocupaciones

“Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.” Juan 6:27

Los israelitas vivían principalmente como una comunidad agrícola, por lo cual su trabajo se relacionaba básicamente con la agricultura, o con algún tipo de trabajo manual artesano domestico común. Había cuatro tipos de trabajos básicos en la época de Jesús que eran llevados a cabo por la gente sencilla: la agricultura, considerada como la ocupación más importante, la pesca, el pastoreo y la artesanía, mayormente albañilería y carpintería.





VIDA SOCIAL

“Quien halla esposa halla la felicidad: muestras de su favor le ha dado el Señor.” Proverbios 18:22

Había tres fechas, aparte de las religiosas, que predominaban en la memoria de cualquier familia: El día del nacimiento: se era feliz en proporción al número de hijos que se tenía, especialmente si éstos eran varones. El día del casamiento: Eran arreglados por los padres ya que era deber de todos casarse. Los futuros suegros debían pagar un precio o dote por ella. El día de la muerte, cuando la familia daba inicio a un ceremonial de luto muy complicado en el cual se le pagaba a llorones profesionales.


Familia

“Pero en vista de tanta inmoralidad, cada hombre debe tener su propia esposa, y cada mujer su propio esposo.” 1 Corintios 7:2

La situación social era patriarcal. La familia hebrea era grande en número. La poligamia, aunque lícita en los casos en que la esposa era estéril, solamente estaba al alcance de los ricos. Al conjunto familiar se le denominaba casa del padre, que era donde el gobernaba como señor absoluto y era el dueño y responsable de los bienes familiares. Los hijos varones eran sus herederos, mientras que las hijas aumentaban el patrimonio familiar con la dote o precio que los pretendientes pagaban al padre al comprarlas.

Educación

“En cuanto a ustedes, la unción que de él recibieron permanece en ustedes, y no necesitan que nadie les enseñe. Esa unción es auténtica —no es falsa— y les enseña todas las cosas. Permanezcan en él, tal y como él les enseñó.” 1 Juan 2:27

En tiempos del Antiguo Testamento no existían escuelas para los niños de la gente común y sencilla. Sus padres debían enseñarles las ocupaciones corrientes, y también explicarles la Ley y los festivales religiosos. En tiempos de Jesús la educación de las niñas estaba enteramente en manos de su madre, pero cada varón asistía a la escuela de la Sinagoga a partir de los seis años.

LA MUJER

“Y el Señor Dios dijo: No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea.” Génesis 2:18

En la parte posterior del Templo existía un patio reservado únicamente para las mujeres, en donde no había ningún tipo de contacto con hombres. Sólo se celebraba el culto en la Sinagoga con hombres, y jamás se contaba con las mujeres. Las mujeres estaban exentas de peregrinar a Jerusalén en las grandes fiestas del año, a lo cual sí estaban obligados los varones; los que vivían lejos de Jerusalén debían acudir al Templo por lo menos en una ocasión al año.




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