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Aprende y recobra esa seguridad y fuerza interior que te caracterizan como persona. Explora en el siguiente artículo el modo de poder ejercitar tus dotes naturales.
Muchas veces, las obligaciones del mundo actual a las que nos vemos expuestos nos sumergen en una realidad repleta de complicaciones que debemos resolver a diario.
Debemos atender nuestras actividades laborales, ocuparnos de la educación de nuestros hijos, administrar los recursos económicos que tengamos a disposición y, en esa vorágine, es probable que no nos quede ni el tiempo ni las fuerzas necesarias para plantearnos cuál es nuestro autentico propósito en la vida.
¿Por qué, aun alcanzando algunas de nuestras metas, tenemos esa sensación de incomodidad e insatisfacción presente en nuestros corazones?
Seguramente estamos dejando de lado cuestiones esenciales que atañen a nuestro crecimiento Espiritual.
Dediquémosle un tiempo de calidad a nuestro encuentro con El Señor. Entreguemos humildemente nuestra Oración a Su Eterna Gracia y dejemos que Su Luz nos Guíe para redescubrir en nuestro interior el propósito al que Él nos ha llamado.
“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. Mateo 5:16
Todos hemos sido Bendecidos por El Señor con talentos que traemos desde nuestro nacimiento.
Si confeccionáramos una lista con todas nuestras habilidades, seguramente nos sorprenderíamos con la gran cantidad de dones con las que nuestro Padre Celestial nos ha dotado.
Son muchas las cualidades positivas que poseemos y en las cuales no reparamos.
Eso que late en nuestro interior y que, por las vicisitudes de la vida, no hemos podido desarrollar es la Voz de Cristo instándonos a levantarnos sobre aquello que nos limita.
Recordemos siempre que nuestra fuerza es en El Altísimo: A Él le pertenece, y de Él proviene.
“Y a uno le dio cinco talentos, a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y se fue de viaje”. Mateo 25:15
Existen distinto tipo de Dones y en este sentido, la diversidad es notable. Cada uno de ellos cumple funciones específicas, variando según la personalidad de quien las ejerce, la geografía donde se desarrolla y el momento que esté transitando aquel que las comparte.
Sin embargo, si bien la variedad de Talentos puede considerarse infinita, todas tienen un mismo cometido: Cumplir con los propósitos que tiene El Señor para con Sus amados hijos en la tierra.
Los Dones que Dios ha sembrado en nuestro corazón también se hacen visibles en gestos de carácter.
Es por eso fundamental no perder de vista que los Talentos brindados por El Eterno son para compartir con el prójimo, para contenerlos, instarlos a que se superen día a día y hacerles llegar La Palabra de Jesús.
A su vez, nosotros seremos tocados por el Amor de Dios por intermedio de los Dones de nuestros hermanos.
“Pero a cada uno se le da la manifestación del Espíritu para el bien común. Pues a uno le es dada palabra de sabiduría por el Espíritu; a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu”. 1 Corintios 12:7-8
¿Cómo saber cuáles son, realmente, nuestros Dones?
Podríamos empezar por preguntarnos: ¿Qué cualidades poseemos de las cuales podemos sentirnos orgullosos?
¿Qué cosas o actividades brotan con naturalidad de mi interior y me llenan de gozo?
Quizás algunos tenga una inclinación artística y tengan facilidad para ejecutar un instrumento escribir o dibujar, otros tendrán condiciones para la construcción o la carpintería, existirán aquellos que saben escuchar, contener y aconsejar, habrá quienes son excelentes deportistas en tanto otros tendrán la habilidad de comprender a los demás siendo pacientes y constantes, algunos tendrán facilidad para arrancar una sonrisa de los rostros desde el humor.
No debemos esconder estos Talentos y ponerlos al servicio de los propósitos de Dios.
“Sin embargo, yo desearía que todos los hombres fueran como yo. No obstante, cada cual ha recibido de Dios su propio don, uno de una manera y otro de otra”. 1 Corintios 7:7
Debemos honrar nuestros Dones y utilizarlos con Responsabilidad y Compromiso. Puede ser que nos sintamos intimidados cuando compartimos nuestros talentos por timidez, por miedo a fracasar o por ser el blanco de críticas.
No los escondamos. Utilicémoslos para que otros puedan ver nuestras buenas obras y Glorifiquen a nuestro Amado Padre.