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Poniendo los Pies sobre la Tierra

Debemos poder conectar con la realidad que nos rodea y para eso debemos abrir nuestros sentidos plenamente. Explora el siguiente artículo y aprende a valorar lo realmente importante en la vida.

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“Hasta en Horeb provocasteis a ira al Señor, y el Señor se enojó tanto contra vosotros que estuvo a punto de destruiros.” Deuteronomio 9:8

Cuando nos creemos omnipotentes. Porque el resultado es que muchas veces terminamos creyendo que no necesitamos ni Sus sabios consejos ni Su invaluable ayuda. Entonces, inevitablemente estaremos incurriendo en un severo pecado, el cual también tiene sus consecuencias inevitables. 

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“En la grandeza de Tu excelencia derribas a los que se levantan contra Ti; envías Tu furor, y los consumes como paja.” Éxodo 15:7

Cuando nos alejamos de Su camino. Porque en definitiva Cristo mismo no nos castiga por alejarnos, sino que en tales casos sufrimos las consecuencias de no andar con Dios velando por nosotros. Eso solamente nos convierte en blancos fáciles para que los problemas nos ataquen sin contar nosotros con protección alguna.

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“Y entrarán los caldeos que atacan esta ciudad, prenderán fuego a la ciudad y la quemarán, junto con las casas en las que han ofrecido incienso a Baal sobre sus terrazas y han derramado libaciones a otros dioses para provocarme a ira.” Jeremías 32:29

Cuando desoímos Sus señales. Porque de esa manera permanecemos sordos a las señales que Él nos envía y, como consecuencia, terminamos sufriendo el destino inevitable que nos viene en forma de castigo cuando no lo es.


“El Señor ha devorado, no ha perdonado ninguna de las moradas de Jacob. Ha derribado en Su furor las fortalezas de la hija de Judá, las ha echado por tierra; ha profanado al reino y a sus príncipes.” Lamentaciones 2:2

Cuando no hacemos Su voluntad. Porque en cambio hacemos la nuestra, quienes no contamos con la sabiduría necesaria para saber elegir correctamente y que inevitablemente nos lleva por mal camino, ya que está supeditada a nuestros sentimientos, los cuales muchas veces nos traicionan.


“Y se encendió la ira del Señor contra Israel, y los hizo vagar en el desierto por cuarenta años, hasta que fue acabada toda la generación de los que habían hecho mal ante los ojos del Señor.” Números 32:13

Cuando nos recluimos. Porque de esa manera solamente estamos logrando no contar con la ayuda del prójimo ni la de Dios, y eso no provoca otra cosa que encerrarnos en nosotros mismos, haciéndonos de esa manera presos de nuestros propios sentimientos, de los cuales los negativos son los más perjudiciales.


“Y se encendió la ira del Señor contra Israel, y los entregó día tras día en mano de Hazael, rey de Aram, y en mano de Ben-adad, hijo de Hazael.” 2 Reyes 13:3

Cuando incurrimos en pecado. Porque si bien ya conocemos las consecuencias de la misma manera hacemos caso omiso de ellas. Entonces si también comprendemos que al cometer pecado las consecuencias serán inevitables, comprenderemos que el castigo también lo será.




Versículo diario:


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