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Dándole Prioridad a la Sanación

Dejando de lado el enojo y dándole lugar al amor de la reconstrucción espiritual. Construye con el siguiente artículo pilares fundamentales para seguir adelante en tu camino de luz.

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"No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos." Filipenses 2:3

El enojo es una emoción que surge cuando algo no funciona como pensamos que debería funcionar. Puede manifestarse ante una provocación, o ante un escenario imprevisto. Puede aparecer como una reacción impulsiva, que nos cuesta controlar. 

Muchas veces este tipo de pensamientos o decisiones impulsivas nos aleja del camino de Dios. Nos pone en personajes y nos ata una pesada cadena que no suma en nuestro crecimiento espiritual.

Poder reconocer este tipo de emociones antes de que dominen nuestro cuerpo y nuestra vida podría ser la clave de un tránsito más equilibrado y pacífico durante tu cotidianeidad.

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"Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo, con tal de que termine mi carrera y lleve a cabo el servicio que me ha encomendado el Señor Jesús, que es el de dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios." Hechos 20:24

El enojo surge de una función básica e instintiva de las personas, que tiene por fin responder ante una amenaza. Puede ir desde una leve irritación, colmado de ira.

El no poder manejar el enojo correctamente no solo afecta las relaciones sociales y personales, sino que también se generan consecuencias dañinas para nuestro vínculo con el Espíritu Santo.

Está comprobado que la ira repercute directamente en el funcionamiento de la actividad cardiovascular de la persona, por eso se concientiza sobre el manejo del estrés y las preocupaciones El enojo aumenta la presión sanguínea, eleva el pulso cardíaco, desequilibra el sistema inmunológico Si nuestro cuerpo comienza a somatizar ese enojo, nos encontraremos con muchos escenarios poco anhelados, sin darle lugar a la Fe, al amor del Padre Celestial y las bendiciones que tiene preparadas para cada uno de sus hijos e hijas en cada momento.

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"Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo." Juan 16:33

Nuestro Padre Celestial nos provee de una enseñanza a nivel personal. Una guía espiritual que te ayudará en cada actividad que llevas adelante. 

El Señor tiene mucho para enseñarte acerca de los demás, de cómo te conectas con otros, de cómo reaccionas, de las actitudes que te molestan y no puedes dejar pasar.

El amor, la construcción de comunidad, el respeto por otras personas, la mera chance de poder abrirte y ayudar a quien lo necesite, son simples pilares de revelación y de reparación emocional. Tu corazón debe estar entrenado y listo para recibir la Gloria de Dios.


"Pelea la buena batalla de la fe; haz tuya la vida eterna, a la que fuiste llamado y por la cual hiciste aquella admirable declaración de fe delante de muchos testigos." 1 Timoteo 6:12

Hoy aprenderás algunas formas para controlar el enojo y así cuidar tu salud espiritual.

Existen algunas técnicas que pueden ayudarte a controlar tus impulsos de emocionalidad. En primer lugar, está la famosa regla de los 10 segundos. Parece un cliché, pero sirve. Tómate un tiempo para responder. No hables sin pensar, ya que de tu boca pueden salir palabras hirientes que tengan consecuencias negativas en tus relaciones. Respira profundo, si es necesario retírate por unos segundos y vuelve con una respuesta menos visceral y más racional frente al conflicto.

En segundo lugar, la respiración es fundamental. Respira conscientemente, relaja los músculos, repite frases positivas. En tercer lugar, haz ejercicio. La liberación de endorfinas combinado con el hecho de tomar aire te darán otra perspectiva acerca de la situación. Luego, utiliza el humor frente a un suceso desagradable. La risa siempre es una buena herramienta.

Por último, habla con el Señor. Nuestro padre es muy comprensivo, nunca te juzgará. Compartir tus propias experiencias y frustraciones en oración, automáticamente te liberará de esa carga que se siente por momentos.

Lo más importante que nos enseñó El Señor: aprende a perdonar y suelta esas cadenas del pasado.




Versículo diario:


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