¡Descarga la app!

Accede a más contenido como este.

Dándole Prioridad al Amor y al Respeto

Los pilares fundamentales para poder sanar nuestro corazón hoy mismo. Descubre la manera de sentirte mejor en el siguiente artículo.

Publicidad


“Y Jesús les dijo: Los hijos de este siglo se casan y son dados en matrimonio, pero los que son tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan ni son dados en matrimonio.” Lucas 20:34-35

En el devenir diario, la paciencia emerge como una aliada indispensable para transitar el camino trazado por Dios. No es tarea sencilla enfrentar las diversas situaciones y escenarios que se presentan en nuestra cotidianidad, pero la paciencia se erige como el aliado perfecto para enfrentarlos con la luz de la fe y el amor eterno del Padre Celestial.

Los cambios que aspiramos realizar junto al Señor no acontecerán de la noche a la mañana; es imperativo que hagamos de la fe y el amor divino nuestras prioridades. Siguiendo el ejemplo de Jesús, comprendemos que la paciencia es una virtud que debemos cultivar. Necesitamos aguardar con expectación las respuestas y bendiciones que nos envía Dios desde el Templo de los Cielos. La paciencia, como virtud, nos capacita para soportar las adversidades que se interponen en nuestro camino, templando nuestro espíritu con amor y serenidad.

Publicidad


“Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser, para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor.” Efesios 3:16-17

En el seguimiento de este camino, es esencial buscar consejo. Encontrar la orientación de seres queridos, familiares, amigos o, sobre todo, del Señor, se convierte en un faro que ilumina la senda de la verdad y la luz de la fe. La oración se presenta como el canal de comunicación privilegiado en este proceso. En el encuentro con el Espíritu Santo a través de la oración, se abre un espacio propicio para revelar nuestro ser interior a Dios.

La súplica al Señor para que guíe nuestros corazones en decisiones inciertas se convierte en un acto de confianza profunda. Tanto Dios como aquellos que nos conocen han experimentado situaciones similares, y su sabiduría puede iluminar la senda hacia una resolución acertada.

Publicidad


“Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento.” Santiago 1:6

Imitar a Dios se revela como una máxima crucial. Siguiendo su ejemplo, no solo evitamos errores, sino que ganamos un lugar junto a Él. Este sendero nos ofrece una perspectiva única para amar al prójimo y auxiliarlo en sus necesidades. La entrega total al amor y la gloria nos preserva de las tentaciones que desviarían nuestro destino de salvación universal.

El amor del Señor se manifiesta de manera sublime en la oración, convirtiéndose en un lazo inquebrantable entre el Creador y sus hijos. No debemos subestimar el poder de la oración, pues constituye el canal más relevante de comunicación con Dios. Al dialogar directamente con nuestro Padre Celestial, consolidamos nuestra confianza en Él y meditamos en búsqueda de respuestas sabias para nuestras inquietudes.


“Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.” Romanos 15:13

En este proceso, es fundamental recordar la gratitud. Cada conexión con el Padre Celestial debe estar impregnada de agradecimiento constante por las bendiciones diarias y las enseñanzas que nos permiten evolucionar como seres de luz. La paciencia, la oración y la gratitud se entrelazan para construir un camino de conexión profunda con lo divino, guiándonos con amor y fe hacia el destino que Dios tiene reservado para cada uno de nosotros.

El amor del Señor se manifieta en la oración. Porque nunca debemos dejar de confiar en el poder de la oración. No olvides que la oración es el canal de comunicación más importante que poseemos con Dios.

Al estar en comunicación directa con nuestro Padre, profundizamos nuestra confianza en Él y meditamos en busca de una respuesta acertada para lo que nos ocurra.

Algo esencial a tener en cuenta es que debemos estar en agradecimiento constante cada vez que nos conectamos con el Padre Celestial. No olvidemos agradecer por todo aquello con que el Señor nos bendice día a día y todas las enseñanzas que nos regaló par apoder evolucionar como seres de luz.




Versículo diario:


Artículos anteriores

Oraciones y Plegarias del mes de Mayo

Aprendiendo a Cuidar la Vida

Recuperando la Capacidad de Perdonar

Adoptando una Vida Repleta de Amor