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Depositando Tu Corazón en Sus Manos

En los momento que sentimos que necesitamos reparar nuestro corazón Jesús estará siempre junto a Tí. Conoce la manera de acercarte al Espíritu Santo en este momento leyendo el siguiente artículo.

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“-¿Cómo que si puedo? Para el que cree, todo es posible.” Marcos 9:23

En momentos de incertidumbre, dolor o desesperación, es crucial que nos unamos aún más al Espíritu Santo. A lo largo de este artículo, descubriremos verdades únicas que nos ayudarán a sanar.

Dios sana de maneras inesperadas y esperadas. Se nos muestra cómo su sanación puede manifestarse a través de historias de personas que han experimentado transformaciones milagrosas. Incluso un cuerpo devastado por el cáncer puede ser curado si Dios lo permite. Es vital recordar que para Dios, nada es imposible y que Él promete la vida eterna.

Hay numerosos testimonios que demuestran que si Dios quiere que alguien regrese o si aún no es su momento de partir, puede superar cualquier barrera física. Esta promesa se encuentra en la enseñanza cristiana, y la comunidad de creyentes anima a la oración para invocar esta sanación divina.

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“Al oír esto, Jesús le dijo a Jairo: -No tengas miedo; cree nada más, y ella será sanada.” Lucas 8:50

¿Cuántas veces nos hemos dado cuenta de que necesitamos un cambio profundo en nuestras vidas, pero no lo abordamos porque creemos que es demasiado tarde? Pensamos que, debido a decisiones equivocadas o errores que hemos cometido, ya no es posible cambiar y vemos nuestros objetivos cada vez más lejanos e inalcanzables.

Por esta razón, es fundamental renovar constantemente nuestra esperanza y comprender que nunca es tarde para alcanzar la gloria de Dios. Contamos con el privilegio de tener su amor infinito y su confianza que nos impulsa hacia el futuro que siempre hemos soñado.

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“Sanen a los enfermos que encuentren allí y díganles: El reino de Dios ya está cerca de ustedes.” Lucas 10:9

En ocasiones, nos sentimos abrumados, frustrados e insatisfechos sin saber la razón. Algo dentro de nosotros nos quita la paz y la alegría, pero no podemos identificar su origen. Estos sentimientos incómodos pueden provenir de metas que nos hemos fijado en algún momento y que abandonamos por considerarlas imposibles.

Esta frustración no desaparece por arte de magia, se queda en nuestro corazón y, sin darnos cuenta, puede llevarnos a sentir resentimiento y tristeza. Por eso es importante restaurar nuestro equilibrio y autoestima a través de la oración, renovando nuestra fe en Cristo y alejando la angustia que nos afecta, despejando la bruma que nos impide ver el final del camino.

“Restaura a los abatidos y cubre con vendas sus heridas.” Salmos 147:3

La oración es una herramienta poderosa en el proceso de sanación. Nos brinda la oportunidad de acercarnos a Dios y confiar en Él. Debemos orar con fe y sinceridad, sabiendo que Dios escucha y responde a nuestras oraciones. La oración no solo nos acerca a Dios, sino que también nos ayuda a tener una mente más clara y un corazón más abierto para recibir su amor y su sanación.

La fe en Dios también es esencial en el proceso de sanación. Debemos tener fe en su promesa de sanación y en su poder para hacerlo. La fe nos da la seguridad de que Dios está con nosotros y nos ayuda a superar las adversidades. Además, la fe nos brinda la esperanza de un futuro mejor y nos da la fuerza necesaria para continuar adelante, incluso en los momentos más difíciles.

Es importante tener en cuenta que la sanación no es instantánea. A veces puede llevar tiempo y requiere paciencia y determinación. Pero si confiamos en Dios y perseveramos en la oración y en la fe, podemos estar seguros de que él nos sanará, ya sea físicamente o espiritualmente. La sanación de Dios puede ser una transformación del espíritu, un renacimiento de la esperanza y una restauración de la paz interior que tanto necesitamos en nuestra vida diaria.


Buscar la sanación a través de la fe y la oración es un camino que nos lleva a una vida más plena y en armonía con los designios divinos. Cada oración, cada acto de fe, es una invitación para que Dios obre en nuestras vidas, sanando nuestro corazón y guiándonos hacia una existencia llena de luz y amor.




Versículo diario:


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