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Desafíos diarios serán las maneras que encontramos de construir nuestra confianza. Elige de qué manera hacerlo en estos versículos.
“Conozco tus obras. Mira que delante de ti he dejado abierta una puerta que nadie puede cerrar. Ya sé que tus fuerzas son pocas, pero has obedecido mi palabra y no has renegado de mi nombre” Apocalipsis 3:8
Como hijos de Dios, diariamente nos topamos con situaciones que nos sitúan en lugares distintos. Desde ver a una persona en situación de extrema pobreza, viviendo en la calle, mendigando para poder vivir. Hasta encontrarse con una persona que sufre una enfermedad terminal o discapacidad. Esos son los momentos en que se nos dispara en la mente una pregunta “¿Somos todos los hijos de Dios iguales ante Él?”
“Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría.” 2 Corintios 9:7
Fuimos creados a semejanza de Jesús y con certeza podemos decir que somos todos iguales ante Dios ya que no deja a nadie en el olvido sin concederle su ayuda ni su luz. Se manifiesta por medio del Espíritu Santo, dándote alivio en esos momentos de soledad con su voz. Dirigiendo tus decisiones sin precipitarte en caer en hechos del pasado que te perjudicaron. Sabiendo que escuchamos atentamente sus palabras, que oramos y obramos en la Fe, tendremos herramientas suficientes para ayudar a las personas que más lo necesitan y es allí justamente donde también Nuestro Señor está presente. Dándonos desde la Fe, herramientas de colaboración y respeto ante las vicisitudes que sufren los demás.
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” Hebreos 4:12
Aceptar a Jesús en nuestro corazón. Respirar y poder incorporar todo su cuerpo y espíritu para vivir plenamente la vida de Dios. Que nuestras sonrisas y nuestra felicidad, sea el reflejo de Su felicidad. Así como también que todos nuestros logros, estén acompañados del Espíritu Santo, completando el camino y el plan que ya tiene para ti. Si empezamos a descreer del Plan Divino, estaríamos desconectándonos de la Fe y no podríamos concentrarnos en lo que verdaderamente importa.
“Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu”. Gálatas 5:25
En la Biblia encontraremos pasajes que nos abren puertas. Dichas puertas resultan de mucho interés para todos los que queremos seguir una vida de Fe. Son las que nos dan acceso al bien común y divino. Nos permiten vivir en plenitud.