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El Sol Siempre Aparece en tu Corazón

En los momentos de tristeza o dificultades, es común que nos aislamos y nos adentramos en caminos oscuros y poco constructivos. En el siguiente artículo observaremos cómo superar estos escenarios adversos.

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"El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan." 2 Pedro 3:9

La soledad es tan dolorosa como la compañía equivocada. Como seres humanos, necesitamos mantener lazos de comunicación y afecto, además de establecer una conexión profunda con el Señor.

Es evidente que todos anhelamos el afecto, el cariño y el contacto físico. Sin embargo, a menudo racionalizamos estas expresiones, llenándolas de temores que bloquean nuestra capacidad de dar y recibir amor. Terminamos convirtiéndonos en personas aparentemente frías.

El Padre Celestial y su hijo Jesús siempre nos han mostrado que la felicidad, el amor y el bienestar de nuestro corazón se pueden manifestar a través de nuestras relaciones con seres queridos y con aquellos que comparten nuestra fe.

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"Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra." 2 Crónicas 7:14

Este es un momento propicio para recibir el amor de nuestro Salvador. Debemos tener claras nuestras expectativas y cultivar la paciencia, que será el pilar fundamental para establecer una conexión diferente con la fe.

Este momento negativo cederá su lugar cuando permitamos que el Espíritu Santo encuentre su espacio adecuado en nuestras vidas. Muchas personas se rinden antes de siquiera comenzar: pregúntate si esto es lo que percibes en tu propia vida. Interroga a tu corazón si estás dispuesto a arriesgarte por el amor incondicional de nuestro Padre Celestial.

El amor del Señor es uno de los sentimientos más especiales y sanadores. No olvides que esto requiere fe, trabajo y perseverancia.

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"Por esto, despójense de toda inmundicia y de la maldad que tanto abunda, para que puedan recibir con humildad la palabra sembrada en ustedes, la cual tiene poder para salvarles la vida." Santiago 1:21

Los momentos donde nos sentimos aislados surgen desde nuestro propio ser interior. Valorar la fe es fundamental para establecer una conexión profunda con nuestra espiritualidad y con Jesús. Si nos desviamos un poco del camino, nos sentiremos solos. Pero si recordamos que siempre estamos recibiendo las bendiciones del Señor y del Espíritu Santo, nos daremos cuenta de que estamos bien acompañados.

Cada paso y decisión que tomamos en nuestra vida cotidiana, sostenidos por Dios, nos brinda una sensación única. Es un momento de conexión personal, de confianza, en el cual podemos orar y poner nuestro destino en las manos del Señor.

De esta manera, comprenderemos que la soledad no solo no debería haber existido en todo este tiempo, sino que también olvidamos que nunca hemos estado solos en el camino, sino más bien todo lo contrario.


"Que abandone el malvado su camino, y el perverso sus pensamientos. Que se vuelva al Señor, a nuestro Dios, que es generoso para perdonar, y de él recibirá misericordia." Isaías 55:7

Hoy mismo puedes liberarte de esas sensaciones de aislamiento. Relaja tus músculos y sonríe a la vida que el Señor ha creado para cada uno de sus hijos e hijas.

Regala abrazos afectuosos. Recíbelos. Conéctate con las personas que realmente te conocen. Tus seres queridos te conocen de verdad y desean ayudarte. No los excluyas de tu camino. Vuelve a retomar la lectura de la Biblia y las oraciones cotidianas, las cuales te ayudarán a recuperar esa compañía única que nos brinda la fe.

¿Qué esperas para sentirte mejor ahora mismo?




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