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Generando Hábitos para Leer la Biblia en el Nuevo Año

Crear momentos adecuados y espacios de conexión espiritual resultará clave en el nuevo año. Encuentra en el siguiente artículo maneras de crear una rutina especial para tí.

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“Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu.” 2 Corintios 3:18 

Tener siempre presente este manual de la vida nos hace comprender cómo Dios y el Espíritu Santo pueden estar siempre presentes y guiándonos por nuestro camino. Estas razones te ayudarán a transitar tu camino en paz.

Al igual que Dios nuestro santo padre, que ama sin juzgar a todos sus hijos por igual, nosotros también debemos hacerlo. Sabiendo que todo aquello que hagamos en la tierra y que sea digno del amor del Señor, se nos será recompensado con creces en el cielo cuando estemos cerca suyo por toda la eternidad.

Porque sabemos que muchas veces, por más amor que podamos llegar a cultivar, nos es muy difícil perdonar y dejar de lado el rencor que nos invade y nos carcome en nuestro interior cuando alguien nos ofende.

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“No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.” Romanos 12:2

Las Santas Escrituras nos enseñan a dejar de lado nuestro orgullo y albergar un sentimiento de humildad para, de esa manera, deshacernos de todos los sentimientos negativos que se ubican como un alto muro entre nuestros corazones y el perdón.

Porque si bien sabemos que leer la Sagrada Palabra nutre nuestro espíritu, ponerla en práctica completa la tarea fortaleciendo nuestra Fe, pilar fundamental que nos permite permanecer en el camino del Señor.

Recordemos que no hay mayor satisfacción que saber que estamos haciendo el bien, y si nuestro maestro es Jesús, la recompensa será doblemente gratificante: ser merecedores de su amor.

¿De qué nos sirve acumular riquezas si no tenemos con quién compartirlas? ¿Qué sensación nos provoca ver a nuestro hermano con nada cuando tenemos demasiado?

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“El Señor te protegerá; de todo mal protegerá tu vida. El Señor te cuidará en el hogar y en el camino, desde ahora y para siempre.” Salmos 121:7-8

Este pequeño ejercicio nos ayuda principalmente a comprender por qué la Santa Palabra nos dice que debemos ser generosos; la verdadera riqueza reside en lo espiritual, que vale y perdura más que lo material.

Dar gracias en todo momento cultiva un sentimiento de humildad y conciencia de todo aquello que nos es dado, a la vez que nos da una lección sobre la importancia de meditar bien nuestras palabras a la hora de pedir, y de esa manera pedir solo lo necesario en el momento necesario.

Leer la Biblia resulta un momento especial que nos ayuda a mantener nuestro espíritu nutrido y a estar más cerca de Dios ayuda a recordar que nuestro camino en la vida debe estar guiado por el amor incondicional y el perdón, así como por la humildad y la generosidad. Además, nos recuerda que la verdadera riqueza no se encuentra en lo material, sino en lo espiritual.

Al tomar unos minutos cada día para leer las Escrituras, estamos invitando a Dios y al Espíritu Santo a estar presentes en nuestra vida y a guiarnos en nuestro camino. También estamos fortaleciendo nuestra Fe y recordando nuestra misión en la vida: hacer el bien y ser merecedores del amor de Dios.


“Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor.” Colosenses 3:23-24 

Generando este tipo de rutinas nos ayudará a reflexionar sobre nuestras acciones y decisiones del día, y a examinar nuestro corazón en busca de rencor o de situaciones innecesarias que debamos dejar de lado.

También nos incentiva a ser generosos y a recordar que lo más importante en la vida es lo espiritual, no lo material.

Crear una rutina para leer la Biblia diariamente es un hábito que nos ayuda a mantener nuestro espíritu nutrido y a estar más cerca de Dios, fortalece nuestra Fe y nos recuerda nuestra misión en la vida.

También nos incentiva a ser personas amables, humildes y generosas, y nos ayuda a reflexionar sobre nuestras acciones y decisiones. Si todavía no lo has hecho, ¡comienza hoy mismo a incorporar este hábito en tu vida!




Versículo diario:


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