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En vez de dejarnos llevar por estados como estos, una opción neutral es centrarse en compartir pequeñas cosas con la familia o la pareja de manera de poder aprender en comunión los beneficios del amor del Señor.
“Y, mientras estaban allí, se le cumplió el tiempo. Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada.” Lucas 2:6-7
Evitemos sucumbir ante la presión de las prisas y el estrés consumista. En vez de dejarnos llevar por estados como estos, una opción neutral es centrarse en compartir pequeñas cosas con la familia o la pareja de manera pausada y serena. Lo ideal sería consumir sin sobrepasarnos en gastos inútiles y materialismos excesivos que nos proporcionan felicidades efímeras y engañosas.
“Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel, que significa Dios con nosotros.” Mateo 1:22-23
Hacer un balance del año siempre es un buen ejercicio, es por eso que debemos centrarnos en las experiencias positivas vividas y en lo que hemos aprendido, incluso de los llamados fracasos o de las adversidades. Hacer un buen balance nos permitirá valorar todo lo sucedido de una forma más productiva y provechosa. Veremos que los fracasos no son tan malos y sacaremos aprendizajes de esas experiencias.
“También José, que era descendiente del rey David, subió de Nazaret, ciudad de Galilea, a Judea. Fue a Belén, la ciudad de David, para inscribirse junto con María su esposa. Ella se encontraba encinta.” Lucas 2:4-5
Ante un conflicto familiar debemos serenarnos y encontrar en Dios la respuesta. Durante las reuniones de Navidad puede haber roces, discusiones o peleas entre parientes y recordemos que bien podemos afrontar dichos momentos con escucha, reflexión y desde el optimismo. Tratemos así de exprimir todo lo bueno que pueden tener esos momentos que, aunque parezcan malos, tienen cosas positivas.
“Pero, cuando él estaba considerando hacerlo, se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo.” Mateo 1:20
Cuando pasamos la primera Navidad sin un ser querido porque ha fallecido deberíamos tratar de asumir muy firmemente que es una realidad que no está al alcance de nadie solucionar. Si deseamos extraer alguna parte positiva, podríamos pensar que la muerte es la lección más grande de desapego que Dios nos puede dar, y que las personas que la han vivido de cerca han obtenido grandes dosis de desapego, neutralidad, agradecimiento y felicidad, volviéndose pura vida, con una mayor capacidad de valoración y aceptación.
“Pero el ángel les dijo: No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo.” Lucas 2:10
Es interesante afrontar esos momentos que viven nuestros hijos al abrir los regalos de una forma agradecida, sin dejarnos llevar por la nostalgia o la depresión cuando dejen de existir, asimismo como también debemos ser cautos de no caer en la ostentación que el consumismo fomenta, apreciaciones que nos alejan del camino de Cristo.