Accede a más contenido como este.
A medida que avanzamos en nuestro camino hacia Cristo, nuevas pruebas de Fe aparecerán frente a nuestro corazón. Aprende a reconocerlas y a comprender la importancia de una muy especial.
“Es justo que yo sienta esto acerca de todos vosotros, porque os llevo en el corazón, pues tanto en mis prisiones como en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia.” Filipenses 1:7
La confirmación es un sacramento que administra la Iglesia católica. Está considerado entre los sacramentos de iniciación siendo recibido en tercer lugar, tras el bautismo y la eucaristía, sacramento por el que las personas bautizadas se integran de forma plena como miembros de la comunidad. En la Iglesia antigua, el rito se administraba de forma sacramental e inmediata después del bautismo y ésta sigue siendo la costumbre en la Iglesia ortodoxa.
“¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? La cual, después que fue anunciada primeramente por medio del Señor, nos fue confirmada por los que oyeron.” Hebreos 2:3
En la Iglesia católica a partir de 1600 hasta el siglo XX, la confirmación se aplazó entre los dos y los 7 años del bautizo del niño. A partir del Concilio Vaticano II se delega más allá, hasta la primera adolescencia. En efecto, por razones de índole pastoral y como forma de preparar mejor a los confirmandos en el umbral de la adolescencia, la Iglesia católica suele retrasar la administración de la confirmación.
“No se levantará un sólo testigo contra un hombre por cualquier iniquidad o por cualquier pecado que haya cometido; el caso será confirmado por el testimonio de dos o tres testigos.” Deuteronomio 19:15
En la Iglesia católica, la confirmación se efectúa mediante la imposición de manos sobre todos los confirmandos, y la unción con óleos sagrados (crismación). En latín se denominó consignatio al signo de la cruz realizado por el obispo sobre la frente del confirmando. Hasta el siglo V, la consignatio era distinta de la crismación (unción con el óleo sagrado), luego se unificó en un rito único. La ceremonia se realiza por un obispo o, en su caso, un sacerdote autorizado.
“Y ellos salieron y predicaron por todas partes, colaborando el Señor con ellos, y confirmando la palabra por medio de las señales que la seguían. Ellas comunicaron inmediatamente a Pedro y a sus compañeros todas estas instrucciones. Y después de esto, Jesús mismo envió por medio de ellos, desde el oriente hasta el occidente, el mensaje sacrosanto e incorruptible de la salvación eterna.” Marcos 16:20
Este sacramento significa para el católico hacer su Fe y continuar con ella, este incentiva a la formación cristiana permanente y a la catequesis de adultos donde Dios los elige como sus hijos. A los bautizados, el sacramento de la Confirmación los une más íntimamente a la Iglesia y los enriquece con una fortaleza especial del Espíritu Santo. En la Iglesia anglicana solo los obispos administran el sacramento. En las iglesias luteranas y ortodoxas, el rito lo realizan de forma habitual los pastores y los sacerdotes. En Oriente la imposición de manos desapareció rápidamente y se considera la crismación como el elemento esencial de la confirmación.