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Conoce los detalles más antiguos que mantienen su vigencia e importancia en estos tiempos. Explora en el siguiente artículo las maneras de construir confianza en nosotros. Conoce nuestra carta de presentación ante Cristo.
“Todos ustedes son hijos de Dios mediante la Fe en Cristo Jesús, porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo.” Gálatas 3:26-27
El bautismo es un rito de admisión a la religión frecuentemente asociado con el agua, haciendo alusión a la limpieza y purificación del espíritu. En general existen tres formas de administrar el bautismo: Bautismo por inmersión: era la forma primitiva generalizada. Bautismo por ablución o derramamiento: consiste en el derramamiento de agua sobre la cabeza, y Bautismo por aspersión: consiste en salpicar con agua. Esta es una forma utilizada solamente por aquellas Iglesias que practican el bautismo por ablución, cuando por alguna razón no es posible hacer un derramamiento de agua.
“Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.” Mateo 28:19-20
La inmersión en agua se practicaba para la purificación legal. Los esenios practicaban este tipo de ablución purificadora que, para ellos, era también moral, como han podido demostrar sus piscinas rituales en Qumram. Entre los fariseos del siglo I se extendió la costumbre de sumergir en agua a los prosélitos tras la circuncisión, rito que implicaba la capacidad del neófito para acceder a los sacrificios y participar en el culto del Templo. Juan el Bautista asumió este rito dándole el sentido de medio para la conversión y purificación del pecado. Esto implicaba que el templo ya no era el único lugar para la obtención de la expiación.
“La cual simboliza el bautismo que ahora los salva también a ustedes. El bautismo no consiste en la limpieza del cuerpo, sino en el compromiso de tener una buena conciencia delante de Dios. Esta salvación es posible por la resurrección de Jesucristo.” 1 Pedro 3:21
La Iglesia católica considera el bautismo que administraba Juan el Bautista como prefiguración inmediata de lo que considera un sacramento. Según el evangelio, el Bautista tenía conciencia de que el rito que realizaba era un anuncio del que vendría. Jesús no solamente se sometió al bautismo de Juan, sino que también llamó «bautismo» a su pasión y muerte.
“—Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados —les contestó Pedro—, y recibirán el don del Espíritu Santo.” Hechos 2:38
La materia remota del sacramento del bautismo es el agua verdadera y natural, y lo mismo da si es fría o caliente. Simboliza la regeneración a la vida espiritual porque es el principio de la vida natural. Indica purificación y vida nueva. El agua usada en la celebración del sacramento ha de estar bendita o bendecirse durante el rito. La materia próxima con tres modalidades que son consideradas válidas: la inmersión, el derramamiento y la aspersión.
“El que crea y sea bautizado será salvo, pero el que no crea será condenado.” Marcos 16:16
Normalmente se da un padrino al bautizado quien de alguna manera presenta al candidato y se compromete a la educación cristiana del bautizando. Pueden ser un solo padrino o una sola madrina, o uno y una. La edad mínima para ser padrino es de 16 años. El padrino o la madrina deben cumplir el papel de tutores en caso de que los padres del bautizado fallezcan o no puedan atenderlo.