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Respira, abre tus ojos y conecta con tu ser más profundo. Al recurrir de modo sencillo a ciertos pasajes de la Biblia nos lograremos reconectar con la Fe de un modo profundo.
“Por tanto, para que sean borrados sus pecados, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios, a fin de que vengan tiempos de descanso de parte del Señor.” Hechos 3:19
Si continuamos en desconexión con el Espíritu Santo, el tiempo pasará y estaremos con una carga pesada. Un sufrimiento innecesario que puede solucionarse mediante El Señor.
Si recordamos que nuestro Padre Celestial siempre nos perdonará en el nombre de Jesús, reconoceremos en Él todo el amor y la paz necesarios para seguir en el camino de bendiciones.
Sin necesidad de realizar sacrificios ni ofrendas materiales, sólo debemos destinar nuestro corazón y agradecer en oración. El ejemplo y la obra desde el lugar de Dios, dando a cada uno de sus hijos e hijas la vida eterna junto a nuestro Señor.
Abonar nuestra espiritualidad será una tarea sencilla comparada con la de mantenernos alejados de las tinieblas del pecado, comprendiendo que amando a nuestros hermanos y hermanas en la Fe. Perdonando a quien nos ofenda y recibiendo el perdón necesario de las personas que se presenten en nuestro sendero de evolución espiritual junto al Señor.
“Ai mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra.” 2 Crónicas 7:14
Esta herramienta de sanación nos permitirá acercar nuestros corazones hacia Dios. El milagro realizado por Jesús en la cruz, nos da el ejemplo de los sacrificios que tendremos que hacer en vida para poder continuar sin abandonar la búsqueda de verdad, justicia, redención y amor.
Si decidimos vivir junto al Espíritu Santo, caminando por un camino de luz y de Fe, estaremos para siempre y de modo ferviente, transitando hacia la Casa del Señor. Los valores que nos comparte Dios en la Sagrada Palabra de la Biblia son una base y una guía fundamental para poder salir adelante ante cualquier adversidad.
Comprendiendo que estaremos en comunión viviendo eternamente con nuestro Padre y su hijo Jesús en cada decisión que tomemos y en cada paso que avancemos hacia la evolución como seres de Luz Eterna. Si mantenemos con dedicación, paciencia y con un claro objetivo de vida, el Padre Celestial permanecerá como un aliado irrefutable en nuestro día a día.
Nuestro Creador estará siempre presente para cuidarnos y bendecirnos desde el reino de los Cielos. Nunca debemos dejar de confiar en su Gloria, ya que Él, siempre estará dispuesto a guiarnos y a iluminar nuestro corazón en los momentos más difíciles y también en aquellas situaciones de dificultad que nos atraviesen.
“El Señor te protegerá; de todo mal protegerá tu vida. El Señor te cuidará en el hogar y en el camino, desde ahora y para siempre.” Salmos 121:7-8
Podemos dejar ingresar a la Fe a nuestros hogares y a nuestras almas, permitiendo que la luz que hemos visto en el rostro de Jesús, alcance a todos nuestros seres queridos y sea la misma que se encontrará depositada para siempre en cada uno de nuestros corazones.
Muchas veces nos quedamos contemplando el pasado o las metas que no logramos alcanzar. O simplemente quedamos con pensamientos negativos o críticos para con todo lo que logramos construir junto al Señor. Debemos liberar esa angustia ya que tenemos un plan perfecto, ideado por la voluntad de nuestro Padre creador.
Por eso es que tenemos que romper con nuestra zona de confort, superándonos todos los días y encomendando nuestros corazones a la Gloria y bendición del Padre Celestial.
Del mismo modo que iniciamos nuestro camino de Fe con los aprendizajes de las sagradas escrituras, los testimonios y relatos de antepasados que nos criaron, lograremos continuar por el sendero del Espíritu Santo hacia el templo celestial. Ese es el destino de vida que nos depara a hermanos y hermanas que en comunión buscamos reparo en la oración dedicada al Santo Padre y a su hijo Jesucristo.
“Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu.” 2 Corintios 3:18
Dios logrará renovar los votos de confianza en nuestros corazones, sin dejarnos en la oscuridad. Dándonos siempre herramientas, bendiciones de iluminación y una voz de guía absoluta mediante la oración, que nos ayudará a dar ese primer paso hacia el destino de Fe.
Es la misión más loable y desafiante que tenemos por delante en nuestras vidas. Desde que empezamos a escuchar y ver con nuestros ojos toda la Gloria y la sabiduría que tiene nuestro Padre Celestial, no queda otro camino por seguir.
Confiando en su palabra y en la iluminación de sus aprendizajes, siempre llega a nuestras manos un momento en el que debemos realmente tener un compromiso único con la Fe. En los momentos que más lo necesitamos, se acercará hacia nuestros corazones de modo perpetuo: reviviendo la llama con la que podremos reflejar nuestros actos y acciones diarias junto a su Gloria eterna.