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Objetivos Renovados y Positivos

Es momento de reconocer que debemos dar ese salto de Fe ahora mismo. Si te encuentras durante un pasaje de tu vida donde necesitas recuperar energías y enfocarte en tus proyectos personales, navega el siguiente artículo y conoce estas recomendaciones.

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"Fíjense cómo crecen los lirios. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. 28 Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¡cuánto más hará por ustedes, gente de poca fe!" Lucas 12:27-28

El camino hacia la conexión con el Espíritu Santo comienza con una disposición interna para dejar atrás las cargas y las angustias que nos han afligido. A través de la oración, podemos encontrar la fuerza necesaria para liberarnos de las preocupaciones y confiar en que nuestro Padre Celestial guiará nuestros pasos.

Observar la belleza de la naturaleza en este momento del año nos recuerda que somos parte de la creación divina y que estamos llamados a florecer y crecer en la luz de Jesús. Así como las plantas renuevan su ciclo de vida, dejando atrás lo que ya no les sirve, nosotros también podemos dejar atrás las limitaciones y los pensamientos negativos que nos impiden avanzar en nuestra vida espiritual.

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"Ya llegó el día! ¡Ya está aquí! ¡Tu suerte está echada! Florece la injusticia, germina el orgullo" Ezequiel 7:10

Es normal sentirse agotado y desanimado en ocasiones, pero es en esos momentos cuando debemos recordar que Dios está siempre presente, dispuesto a renovarnos y fortalecernos. Él nos brinda la oportunidad de comenzar de nuevo, de ser agradecidos por las bendiciones recibidas y de abrir nuestros corazones a su amor y sanación.

Si deseamos experimentar un cambio profundo en nuestra vida, debemos comprometernos a caminar junto a Jesús y permitir que el Espíritu Santo nos guíe en cada paso. Perdonar a quienes nos han hecho daño, renovar nuestra fe y entregarnos por completo a Dios son pasos fundamentales en este proceso de transformación.

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"Una voz dice: «Proclama». «¿Y qué voy a proclamar?», respondo yo. «Que todo mortal es como la hierba, y toda su gloria como la flor del campo. La hierba se seca y la flor se marchita, porque el aliento del Señor sopla sobre ellas. Sin duda, el pueblo es hierba. La hierba se seca y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre»." Isaías 40:6-8

A medida que abrimos nuestro corazón y nos entregamos a la gloria y divinidad de Jesús, experimentaremos el florecimiento del amor en formas que nunca antes habíamos imaginado. Sentiremos una mayor disposición para sanar nuestras heridas internas y permitir que el Señor trabaje en nosotros. La conexión con el Espíritu Santo nos conducirá hacia una vida llena de propósito, esperanza y gratitud hacia Dios.

Este es el momento de renovar nuestros votos de fe, de acercarnos a la presencia divina y de permitir que Jesús nos reciba en su templo celestial. Que este sea un punto de quiebre en nuestra vida, donde decidamos dejar que la luz de Cristo ilumine cada aspecto de nuestro ser y nos guíe en el camino hacia la plenitud espiritual.


"Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán." Isaías 40:31

Aprovechemos la energía que nos rodea en esta temporada, la oportunidad de cambio y crecimiento que se nos presenta. Entreguemos nuestros temores y preocupaciones a Dios y permitamos que su amor y su gracia nos impulsen a florecer y a vivir en plenitud junto a Jesús.

Que este tiempo de renacimiento y conexión espiritual nos impulse a materializar nuestros proyectos, a encontrar paz y plenitud en la presencia divina y a fortalecer nuestra fe en Jesús. Recordemos que, a pesar de los desafíos que podamos enfrentar, estamos rodeados del amor y la gracia de nuestro Padre Celestial, quien nos sostiene y nos guía en cada paso que damos.

Que cada día podamos recargar nuestra energía en la oración y en la contemplación de la creación divina que nos rodea. Que podamos dejar atrás las preocupaciones y los temores, confiando en que Dios tiene un plan perfecto para nuestras vidas. Sigamos avanzando en nuestra senda de fe, floreciendo en el amor y la luz de Jesús, y experimentando la plenitud y el propósito que solo podemos encontrar en Él.




Versículo diario:


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