En la vida tendremos la posibilidad de aprender en todo momento. Resolver los escenarios presentes nos ayudará a acercarnos a nuestra Fe.

"Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan." Efesios 4:29

Muchas personas tenemos dificultades para ver de lejos, otros para ver de cerca. Otras personas tienen visión perfecta, pero aun así, yerran el camino, confunden el mensaje. No siempre una visión perfecta augura el éxito. A veces es solo cuestión de enfoque, otras, de perspectiva. Vale más saber dónde mirar, que contar con una visión muy clara. Vale no renunciar en los intentos, agudizar la mirada, movernos de sitio para contemplar otros paisajes. No quedarnos con la primera visión. Recordando que el Señor nos brinda en sus bendiciones la posibilidad de sumar amor a nuestro corazón y a nuestros espíritus.

"»Ustedes han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente”.[a] 39 Pero yo les digo: No resistan al que les haga mal. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra." Mateo 5:38-39

Casi al modo de un espejo, muchas veces resulta difícil a veces ver al otro con claridad, como realmente es. Tendemos a eliminar de nuestro campo visual aquellas conductas, sentimientos, aspectos del otro, que no condicen con nosotros. Y también todos esos aspectos que podrían hacer que nuestro criterio de Fe disminuya.

Como somos seres en continuo cambio, la distancia óptima permitirá una visión más clara y centrada en el Espíritu Santo nos ayudará a comprender todo aquello que el Padre Celestial nos brinda en sus infinita sabiduría. Si tenemos que pasar por una situación complicada para sumar paciencia y experiencias de vida, debemos entonces afrontarlo de la mejor manera posible.

"La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego." Proverbios 15:1

Tomar distancia y mirar en perspectiva puede ser beneficioso para retomar el camino de luz de Dios. Es la forma de planear estratégicamente cómo va a evolucionar tu vida junto a la Fe, tomando decisiones que te conduzcan a seguir con la misión del Señor.

Si tu trabajo no te satisface, si no estás obteniendo lo que deseas, ya sea espiritualmente o como satisfacción personal, para hacer el bien con los seres que te rodean,  comienza a planear un cambio.

Comprender las circunstancias, observando todo el panorama te conducirá a buen puerto. No siempre podemos lograr los objetivos planteados de inmediato. Es un proceso y como tal lleva tiempo. Pero empezar a visualizar lo deseado, orando, leyendo las sagradas escrituras y lo más importante, es que no renuncies a mejorar tu vida, sino que siempre dejes abierto tu corazón hacia la sanación universal del Espiritu Santo.



"De modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes." Colosenses 3:13 

Presta atención a los pequeños cambioque puedes realizar día a día. Decisiones cotidianas que te permitirán cambiar el foco y el modo de actuar ante los imprevistos, problemas y escenarios de conflicto presentes en tu vida. 

Por insignificantes que parezcan, un cambio de enfoque, de comunicación y hasta de actitud frente a las adversidades puede ser la clave que destrabe el mal momento que uno atraviese.

Trata de observar, de escuchar a otras personas, de contrastar el problema o la situación con tus seres queridos. No los ignores, podrían darte una visión que te acercará a la comprensión, nuevamente exige una distancia óptima: ver de lejos. Tu ser es una totalidad junto a Dios, cuando estamos tan cerca de Él, tendremos una perspectiva diferencial.

Observa la totalidad, y siempre consulta en oración a su sabiduría, ya que siempre te acompañará en el camino de sanación.