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Permaneciendo Firmes en el Camino Celestial

Manteniendo el ánimo elevado en cada instante y escenario que se presente cotidianamente. Descubre estos pasajes sagrados para lograr una dimensión ilimitada de cariño eterno.

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“A aquel que es capaz de hacer muchísimo más que todo lo que podemos imaginarnos o pedir, por el poder que actúa en nosotros, a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.” Efesios 3:20-21 

La existencia diaria nos confronta con circunstancias que podrían inducirnos a la agitación, la duda y el miedo profundo.

Los informes noticiosos y las vivencias globales en diversos puntos del globo a menudo surgen sin que logremos entender su propósito o si realmente nos corresponden tales pruebas de confrontación. ¿Te has cuestionado si esto forma parte del diseño divino?

En tales momentos, es esencial preservar la lucidez intelectual y devocional, pues el Creador Supremo posiblemente desee impartirnos una enseñanza específica.

Restaurar el equilibrio indispensable en nuestra jornada, reconociendo que poseemos la misericordia del Altísimo para afrontar cualquier adversidad. Al avanzar junto al Salvador en la creencia firme, impedimos que ninguna derrota nos intimide.

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“Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve.” Hebreos 11:1 

Por ello, resulta crucial activar nuestra convicción y adoptar la resolución como ruta cotidiana.

Es vital nutrir nuestro ser modesto y colmado de creencia para hallar las respuestas que tanto deseamos en nuestras trayectorias. Debemos exhibir total disponibilidad para conceder clemencia y recibirla, para atender y ser atendidos. Únicamente de esta forma podremos perseguir el plan que el Creador reserva para cada descendiente.

Al sostener posturas constructivas y alentadoras, nos vinculamos con las transformaciones a las que nos invita el Todopoderoso.

La conversación con nuestros allegados, junto a la receptividad intelectual y devocional, nos facilitará descubrir instantes idóneos para la quietud y la súplica colectiva. Meditemos desde la honestidad y el afecto puro.

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“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” Filipenses 4:13

El Altísimo requiere nuestra implicación dinámica como entidades luminosas que respaldan su proyecto definitivo de restauración. La optimidad y nuestra renovación cognitiva se relacionan con la capacidad de confrontar con coraje todos los desafíos que emergen cotidianamente.

Esto no implica que el trayecto sea sencillo. Probablemente atravesaremos etapas de aflicción y contienda, pero bajo un principio: la expectativa y la gracia del Creador en nuestras almas.

Ante un dilema que aparente carecer de salida, es primordial que al abordarlo, evitemos fijarnos en lo transcurrido, sino enfocarnos en lo actual, visualizando un porvenir repleto de ternura, dignidad y esplendor eterno.


“Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón. Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él actuará.” Salmos 37:4-5 

Jamás olvidemos que progresamos al lado del Creador: para nuestro Padre celestial, nada resulta inalcanzable.

Depositemos sinceramente nuestra seguridad en el Todopoderoso y colmémonos de aspiraciones y alegría por las dádivas otorgadas.

Lograremos a su vera todos nuestros objetivos y venceremos aquellas dificultades que nos provocan tanta inquietud y melancolía.

Envuélvete con individuos optimistas que recorren la vía luminosa del Salvador con gran dignidad. Acércate a familiares y figuras que te infundan afecto genuino.

No descuides jamás suplicar y aproximarte al Texto Sagrado en cualquier ocasión y sitio. Toda la narración y los extractos indispensables para percibir el esplendor del Creador en nuestra existencia están accesibles para ti.




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