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Recobrando La Memoria del Amor

Recobrando el objetivo del Espíritu Santo lograremos nutrir nuestro corazón de espranza y de Fe. Conoce en el siguiente artículo cómo conectar con tu corazón una vez más.

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"Porque el Señor tu Dios está en medio de ti como guerrero victorioso. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su amor, se alegrará por ti con cantos." Sofonías 3:17

Por momentos sentimos que nuestro camino se ve borroso, algo perdido. Resulta más frecuente de lo que imaginamos. Existen ciertas distracciones que empañan las prioridades de nuestra vida como seres del Señor.

A veces puede ser una sobre ocupación en nuestros trabajos y la frase “no me alcanza el tiempo en el día” o “estoy muy cansada, recién llego del trabajo”, para dar una respuesta y relegar la atención de nuestros seres queridos.

Si seguimos un camino iluminado por Jesús y nuestro Padre Celestial, jamás dejaremos llevar nuestras decisiones por fuera de su manto de bendiciones y Gloria Universal.

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"Cuando en mí la angustia iba en aumento, tu consuelo llenaba mi alma de alegría." Salmo 94:19

Debemos recordar que nuestros seres queridos, nos acercan con amor y mucha entrega su corazón. La manera en que su energía se deposita en caricias, en algún tipo de juego cotidiano y muchas veces en busca de respuestas que les permita complementar el aprendizaje de su día a día.

Esta es la misión que nos encomendó nuestro Padre Celestial para poder transmitir los valores de la Santa Biblia en todas las personas que nos rodean. Para seguir adelante con la sabiduría del Espíritu Santo y de la Fe que se cultiva en el seno de nuestra familia.

Cómo no admirar al creador del mundo, de la vida, de todo aquello que nos rodea. Qué otra razón podremos encontrar para no llevar adelante una vida repleta de emociones, de sentimientos de alegría y Gloria que nos muestran las enseñanzas movilizadas por el Espíritu Santo.

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"Yo soy el pan de vida —declaró Jesús—. El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed." Juan 6:35

Nuestro Padre desde el reino de los Cielos, es quién más desea que podamos realizarnos junto a nuestros seres queridos, constituyendo una familia, asentándonos en un hogar, consolidando a cada una de nuestras decisiones reflejadas en certezas de la Fe.

Orar con la firmeza que requiera el alma y con la educación que recibimos por parte de quienes precisamente anhelaron que tengamos un futuro de esperanza y Gloria junto a Jesús.


"¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!" Salmo 42:11

Si tomamos la decisión de conformar una familia bajo las responsabilidades que establece la Fe, comprendemos entonces que no puede existir otra prioridad en nuestras vidas.

No existe evento ni circunstancia que pueda alejar al amor del seno de este vínculo que nutre a cada uno de sus integrantes de la purificación de los pecados.

Caminando todos juntos por el mismo sendero de esperanza y luz, despojamos toda duda que provenga desde cualquier hecho o circunstancia externa.

Debemos apoyarnos los unos con los otros. Desde los más adultos, que con su experiencia pueden guiar a los más jóvenes, que salen al mundo con dudas y exigencias nunca antes vividas. Pasando por la frescura y el optimismo de los niños, que aportan con su energía momentos de introspección para los mayores de la casa. Todos estamos siendo guiados de igual manera hacia nuestro destino de Fe.




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