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5 Enseñanzas para estar siempre en Paz

Aprende de estos consejos que preparamos especialmente para tí y transita plenamente junto a Jesús.

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“Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir.” 1 Corintios 10:13

Todos deseamos tener una vida prospera y plena de felicidad pero, por otro lado, sabemos que en realidad se trata de un perfecto equilibrio entre buenos y malos momentos. Por eso, más allá, de las circunstancias que podamos estar atravesando, es importante mantener una actitud positiva frente a los acontecimientos que el plan divino del Señor nos presente en nuestro camino.

Cuando sonreímos, aún en tiempos difíciles, no lo hacemos forzadamente ni por compromiso. Lo hacemos porque sabemos que contamos con el Amor más grande y perfecto que es el de nuestro Señor. Es muy importante, entonces, recordar en todo momento quiénes somos y que es lo que anhelamos. En El Salvador todo lo podemos y las cuantiosas Bendiciones recibidas cada día son motivo más que suficiente para mantenernos de pie, recibiendo al futuro con una sonrisa.

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“Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús”. 1 Tesalonicenses 5:16-18

Parecería que existe una tendencia a examinar los episodios de nuestras vidas bajo la lupa de la auto critica exagerada, la no valoración y la sensación de fracaso.

Alimentar este concepto no solamente no es justo para con nosotros, sino que es una mirada errónea sobre nuestras fallas y debilidades. ¿Y si cambiáramos el enfoque?, ¿Y si nos permitiéramos reemplazar la impresión que nos hemos formado acerca de nosotros mismos?

Debemos internalizar que este es un gesto de Sabiduría otorgado por Dios para sostener nuestro Espíritu Humilde y para corregir las cosas que no están funcionando bien en nuestras vidas. No debemos perder las esperanzas en todo y por ende conducirnos a estados de desolación.

Por eso podríamos comenzar por reflexionar en los aspectos positivos de nuestras existencias y que dicha reflexión abra las puertas para reconocer todas las Bendiciones que El Señor derrama sobre nosotros cada día.

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“Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense!” Filipenses 4:4 

Es imposible mantener la felicidad todo el tiempo durante nuestras vidas. Las enfermedades, la pérdida de un ser querido, los problemas económicos, son instancias que deberemos pasar transitando el dolor sustentados en nuestra Fe.

Sin embargo, existe un lugar en el que sí podemos ser felices eternamente: nuestro alivio en El Señor. Llega a nuestra vida de este modo porque es un Amor que no depende de circunstancias terrenales. Los momentos difíciles e incompresibles, los superaremos junto a la fuerza otorgada por nuestro Padre Celestial. Nuestro Amor por Él no tiene límites y ellí, en su corazón no hay lugar para las tristezas.


“Cuando en mí la angustia iba en aumento, tu consuelo llenaba mi alma de alegría”. Salmos 94:19 

Confeccionemos una lista de acciones que nos den felicidad y que a su vez llenen de gozo el corazón de otros seres queridos. Busquemos momentos para compartir con nuestros adultos mayores. Escuchemos que tienen para decirnos, seamos pacientes y comprensivos. Escuchemos la voz del Altísimo desde el corazón de aquellos que han transitado gran parte del camino. Propiciemos encuentros con los niños de la familia. Prestemos atención al mensaje Puro que El Señor nos brinda a través de ellos. Si estamos en un mal momento, podremos maravillarnos viendo como el dolor es expulsado de nuestro interior para transformarse en Amor.


“Este es el día en que el Señor actuó; regocijémonos y alegrémonos en Él”. Salmos 118:24

Aprovechemos el tiempo, ayudemos a quien lo necesita, demostremos Amor al prójimo, seamos sinceros y misericordiosos con nuestros hermanos. Vivamos alegres por cada día que El Señor nos regala, alejemos los malos pensamientos y no renunciemos a la sonrisa ya que la misma es la expresión viva de la Obra de Dios en nuestras vidas.

Desde esa predisposición aligeraremos nuestras cargas, estaremos más Sabios y Seguros a la hora de sortear obstáculos.




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