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Superando los Obstáculos Cotidianos

Mantener la calma, tener la mente en paz y lograr un equilibrio espiritual son las claves para poder avanzar día a día en el camino.

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“Aceptad al que es débil en la fe, pero no para juzgar sus opiniones.” - Romanos 14:1

Que difícil nos resulta controlar muchas veces nuestros pensamientos y dichos al estar en el medio de una discusión sobre la Fe. Sin importar con quien estemos intercambiando ideas o argumentos, las respuestas muchas veces pueden herir la susceptibilidad de quien nos escucha. Otras veces al estar queriendo exponer o argumentar una idea, o queriendo defender un pasaje de los Escritos Sagrados, creemos tener la verdad por sobre el tema en discusión. Sin importarnos él otro o su planteo de la situación, sólo nos interesa estar por encima de su argumento.

De qué nos serviría entonces querer siempre exponer la veracidad e imponer nuestros planteos si no podemos escuchar lo que nos propone un otro, distinto a nosotros. Al no ponernos en los zapatos de las otras personas nos situamos en un lugar egoísta y poco constructivo.

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“Recibidlo, pues, en el Señor con todo gozo, y tened en alta estima a los que son como él; porque estuvo al borde de la muerte por la obra de Cristo, arriesgando su vida para completar lo que faltaba en vuestro servicio hacia mí.” - Filipenses 2:29-30

No sobrepasar el límite del entendimiento y superarlo con la agresión muchas veces nos deja en momentos de pensar “¿quienes somos?” “¿Qué nos pasa?” “¿Por qué reaccionamos así?”. Nosotros como hermanos de la Fe, tomamos una decisión en seguir a Jesús.

Esa decisión debe reafirmarse durante miles de veces en cada día que vivimos rodeados de personas que no continúan el camino hacia la Luz. Tendremos que entender que la decisión es personal y aquellas personas que no les ha llegado su momento de sumirse en el Espíritu Santo no se están perdiendo de las bondades del Señor, sino más bien todavía no sintieron esa necesidad o simplemente están dormidos y no pueden escuchar y advertir las señales que Dios Padre les envía.


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“Mas para mí, estar cerca de Dios es mi bien; en DIOS el Señor he puesto mi refugio, para contar todas tus obras.” - Salmos 73:28

Elegir a Jesús como compañero de viaje de la vida no es como decidir quién nos acompaña de vacaciones. Muchas veces resultaba ser un amigo o amiga de nuestra adolescencia o infancia.

La misma familia o nuestras parejas eran las elegidas para realizar y materializar la aventura que nunca tiene fin. Decidíamos quién nos acompañaba porque lo conocíamos en dichas circunstancias (por lo general buenos momentos de disfrute). Pero qué sucedería si se presentan situaciones malas donde no conocíamos del todo las reacciones de quién nos acompaña.

Por este mismo motivo es que si pensamos en Jesús y en Dios como compañeros, tendremos garantías de sobra para confiar en ellos sabiendo que contaremos con su sabiduría, su calma y su iluminación para sortear cualquier tipo de controversia.

También sabemos y contamos con sus consejos dirimidos en la Fe y eso nos confiere un estado de tranquilidad a la hora de tomar decisiones.


 "Pues tú, Señor, eres bueno y perdonador, abundante en misericordia para con todos los que te invocan.” - Salmos 86:5

Siempre nos sucede asa que dejamos de tener contacto con nuestros amigos o parientes más cercanos. Al suceder esto, debido a que se pudo haber mudado, tuvo familia o simplemente emprendió su camino hacia los cielos, nos percatamos de lo valioso que resultaba ser ese vínculo para nosotros. La gran ventaja que poseemos con respecto a nuestra relación con nuestro Padre Celestial es que jamás se apagará o se cortará dicho vínculo y es por eso que debemos aprovechar a diario en oración para conversar y profundizar nuestra Fe y sentir en nuestros corazones las bondades del Espíritu Santo.




Versículo diario:


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