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Una historia de vida para comprender el amor que existe en el mundo de hoy.
Hace algunos días, mientras caminaba por el parque, me detuve a sentarme en un banco y, junto a mí, ocurrió lo siguiente: La familia con la que compartía el banco tenía un hijo de 3 años aproximadamente y por algún motivo, hizo algo que no tenía que hacer. En ese momento, su padre le llamó la atención, cambió su tono de voz para que el pequeño se diera cuenta que lo que hizo no era correcto y le dijo que no tenía que volver a hacerlo.
Está claro que se lo dijo en buena forma, con la única diferencia del cambio de tono en su voz. En ese momento, el niño dejó de hacer lo que hacía, se paró, bajó sus brazos y manos y también bajó su rostro viendo hacia el suelo, mientras con su carita hacía un gesto como de sentirse mal, porque sabía que su padre le había llamado la atención.
“Instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo no se apartará de él.” Proverbios 22:6
Había que ver en ese momento los gestos de su cara o la forma en el que el pequeño estaba actuando, cuando vi que su padre comenzó a explicarle por qué le había llamado la atención y por qué no quería que hiciera eso. Estaba como a metro y medio de su padre y él lo llamaba que fuera hacia él, pues le quería dar un abrazo, pero él no quería, no es que estaba enojado, sino que su rostro reflejaba que estaba apenado por hacer algo que no tenía que hacer.
Entonces su padre, al percatarse que él estaba apenado y que eso le evitaba acercársele para que le diera un abrazo, Dios me hizo ver que lo mismo pasa con nosotros.
Quizá hoy estés pasando por un momento de esos, donde tus mismos errores te han llevado a pensar que no mereces acercarte a Dios, que a lo mejor Dios esta avergonzado de ti o que simplemente Dios ya se cansó de tus recurrentes fallos.
“El niño dejado a sus caprichos es vergüenza de su madre.” Proverbios 29:15
Hoy Dios quiere acercarse a ti, darte un abrazo y decirte que te ama con amor eterno. No te sientas indigno, no creas que Él se ha cansado de ti, Él es un Padre Amoroso que siempre busca el bien para sus hijos.
Él anhela verte caminar rectamente y aún cuando hayan ciertos errores y defectos en ti, Él no te ve como eres ahora, sino como llegarás a ser después del proceso de transformación que ha comenzado en tu vida.
“No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad.” 3 Juan 1:4
No dejes perder la bendición de estar cerca del Señor, sólo porque crees que Él ya se canso de ti, tampoco pienses que Él te amará menos porque cometiste un error, al contrario, Él quiere restaurarte y enseñarte la forma de cómo debes andar, pero para ello, necesita que te acerques a Él.
Hoy te invito a que te acerques a Él, no vagues más por el mundo o por la vida creyendo que eres demasiado malo. En lugar de ello, ven y ríndete delante del Señor, haz de Jesús el centro de tu vida y comienza a actuar de la forma que Él anhela que actúes.