Día a día encontraremos momentos en los que tenemos que agradecer por todo lo que conseguimos en vida. Gracias al siguiente artículo podrás conectarte con lo que realmente importa hoy y ahora.

"El Señor dice: «Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti.»" Salmo 32:8

El lujo puede definirse como la exhibición o manifestación de riqueza según el diccionario. Aunque a menudo relacionamos el lujo con las cosas que suponen gran gasto de dinero, lo cierto es que la definición de lujo puede ser distinta para las personas que transitamos la vida junto a Dios.

Tal vez para una persona el lujo es usar unos anteojos de sol estilo Hollywood, mientras que para otro es llevar a sus niños a la escuela todas las mañanas. Para alguno el lujo puede ser comprar unas moras frescas para comer por las tardes, y para otro puede ser tomar un taxi al volver del mercado. El lujo para las hijas e hijos del Señor son aquellos momentos en que se disfruta el poder crecer del corazón. Cuando las bendiciones del Padre Celestial nos permiten suma a nuestro día, simples acciones que hacen la diferencia para quienes más lo necesiten realmente.

"Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí, y el Dios de paz estará con ustedes." Filipenses 4:9

No se trata de tener el auto más caro, ni la ropa de diseño más exclusiva, ni de cenar en los restaurantes más lujosos de la ciudad.

Se trata básicamente de reconocer el vínculo con el Espíritu Santo. En primer lugar, puedes identificar tus propios lujos. ¿Qué te permites hacer que para ti es un en tu día para sentirte mejor con el Señor? ¿Qué pequeño esfuerzo extra haces que repercute positivamente en tú emocionalidad?

Muchas veces pensamos que invertimos poco tiempo en oración o junto al Padre Celestial, pero debemos tener en cuenta que al cultivar esta parte interior nuestra, podremos encontrar caminos y alternativas de solución a escenarios problemáticos o situaciones que se nos presenten en la vida. Poder comprender que estamos frente a oportinidades de crecimiento personal gracias a Dios, es algo que realmente nos debe hacer sentir muy bien.

"Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia." Colosenses 3:12

Cada persona cuenta con sus propios intereses y su propia valoración sobre la Fe en su vida. La lección de hoy es que tus pasatiempos e intereses no tienen que ser aprobados ni mirados por nadie más que por tí. Simplemente encontrarás en el camino del Espíritu Santo momentos y personas que querrán disuadirte o marcarte todas las aristas negativas de tus elecciones y planes.

No importa. Esto no tiene porqué afectarte. Tú sigue adelante con tu vida, abona tu esperanza, el amor por Dios y riega tus intereses así como tus obligaciones, con la Gloria del Señor, como lo haces día a día, sin mirar el "¿qué dirán?". La recompensa se manifestará de un momento a otro y las personas verán la mejor versión de tí aflorar a la superficie.

"En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas." Gálatas 5:22-23

Hagamos un ejercicio práctico. ¿Qué te produce auténtica alegría? ¿Qué te produce auténtica tristeza? Haz una lista con cuatro columnas. En la primera escribirás las cosas que te hacen feliz, por mínimas que sean. Pueden considerarse objetos o en medida de momentos compartidos con alguna persona, o contigo mismo. En la segunda columna, las cosas que te encantaría tener o las actividades que te gustaría realizar, pero no te animas por miedo al qué dirán. En una tercera columna, las cosas que te causan indiferencia. En una cuarta columna, las que te generan rechazo. Recuerda que puede ser cualquier cosa.

Tal vez de esa primera columna, no puedas completar muchos espacios, pero con el transcurrir del ejercicio, notarás que en todas esas columnas en realidad, se manifiestan ideas, sentimientos, necesidades superficiales. En realidad todas esas columnas pueden ser resumidas en un simple "perdón, en un "gracias", en un "quiero ayudarte". Todo pasa por las manos del Creador, en Él confiamos y notarás poco a poco que en realidad estamos junto al Señor, rodeándonos de sus bendiciones y de todo su amor. Lo único necesario para seguir adelante en esta vida.