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Mantener la Fe intacta es una tarea que implica responsabilidad y compromiso. Nuestros abuelos,abuelas, padres, madres, hermanos y hermanas se formaron con las mismas convicciones para con el Espíritu Santo, generación tras generación. En comunión y siguiendo la iluminación de nuestro Dios Padre, mantienen su gracia perpetua en nuestro linaje de sangre.Será nuestra obligación mantener y fomentar a las generaciones venideras los valores religiosos. Poder establecer la pasión por la oración y las lecturas sagradas, conectando el pasado con presente, asegurando un futuro de buena fortuna, para lograr servir a Dios eternamente.