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Estar presentes en cuerpo y espíritu en el camino de la Fe nos permite ser conscientes y formar parte del plan divino de Dios.
Requerirá consistencia, sacrificio y devoción al Espíritu Santo. Pilares fundamentales para poder involucrarse de modo entero y por completo con las enseñanzas que Jesús nos vino a mostrar en su paso.
Las retribuciones o recompensas que debemos pedir en nuestras oraciones diarias a nuestro Padre Celestial, deben permitirnos enriquecer nuestra espiritualidad y reforzar las acciones que provengan de nuestros corazones.
Dios Padre jamás nos brindará señales o será parte de ningún tipo de premio material. Él lo que más desea es que cada uno de nosotros pueda comprender desde nuestro humilde lugar qué y cómo vinimos a realizarnos en vida.
