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“Aún si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta”

Salmos 23:4

Dios es nuestro pastor


Somos el rebaño de Dios Padre, y tenemos confianza en la gracia y el cuidado que Él nos brinda. En estos caminos no podemos caminar sin la guía de nuestro pastor que es el Señor. Y un rebaño se caracteriza por ser amable, dócil, inofensivo y repleto de confianza en la sensibilidad de ese pastor, que hará todo para guiarlo por los pastos que serán su alimento. Así también en esos valles tenebrosos, que denotan momentos de aflicción o de oscuridad, el pueblo del Señor está bajo su misericordia, y puede recorrerlos sin temor porque siempre es en compañía de Dios y en la eternidad de su amor. El salmo continúa diciendo que la bondad de Dios nos acompañará todos los días, y habitaremos siempre la casa del Señor, y su amor es por tanto una celebración.