Accede a más contenido como este.
Nuestra relación con Dios no funciona como un vínculo entre un patrón y un esclavo, o como una unión definida por leyes rigurosas. Somos personas que al recibir el Espíritu de Dios Padre nos estamos permitiendo una cercanía similar a la de un padre y un hijo. Los creyentes tienen la misma relación con su Padre Celestial como la que Cristo tenía. Dios Padre es compasivo, nos da oportunidades y nos enseña para poder conducirnos en el camino del amor. Por eso debemos tener la disposición de un niño, la inocencia de la Fe, y permitirnos ser amados con confianza en nuestros corazones. No es el miedo el que nos guía, sino un espíritu de cercanía y amor, un lugar donde poder reposar nuestro corazón.